La nómina secreta del Presidente

  • Era una fuerte y determinada cantidad de dinero de la que podía disponer libremente para diferentes aspectos

Durante décadas se supo de una partida, llamada “partida secreta del presidente” que era una fuerte y determinada cantidad de dinero de la que el presidente podía disponer libremente para diferentes aspectos.
Entre ellos estaban los de donar recursos para agrupaciones filantrópicas, culturales o políticas a criterio del presidente; está partida secreta del presidente la aprobaba el Congreso de la unión y fluctuaba según lo solicitado por el propio presidente, era, según afirman algunos enterados de entre 1000 y 2000 millones de pesos.
Se corría la anécdota de que el secretario de hacienda acompañó al presidente cargando un voluminoso portafolio que iba repleto de billetes de alta denominación para que en ese momento pudiera el presidente entregar dinero en efectivo a quien se lo solicitaba y que lo concedía.
Había mucha gente que se acercaba al presidente de la República y le exponía su problema y si lograba convencerle en ese momento se le entregaba una determinada cantidad de dinero para solucionar su problema.
Al parecer al último presidente que se le vió cargando a su secretario particular el voluminoso portafolio fue a José López Portillo. Después, ya con Miguel de la Madrid y Carlos Salinas de Gortari la partida secreta se manejaba con cheques de banco.
Es Ernesto Zedillo Ponce de León quien la elimina de la cuenta pública pero a cambio asigna a diferentes secretarías una cantidad de dinero de la que el presidente solamente podía disponer.
Después de Ernesto Zedillo no se supo si dicha partida secreta se eliminó totalmente o inteligentemente se disfrazó.
Ahora con la actual administración federal que ha enarbolado la transparencia, la honestidad y la anticorrupción al parecer se ha retomado esta vieja costumbre de la “partida secreta del presidente”.
Al leer con detenimiento el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación 2021, saltan una serie de datos sobresalientes, como el engaño que prevalece en torno a la austeridad y el recorte de plazas en el gobierno federal, ya que el rubro de servicios personales (sueldos) que pagará el sector público ascenderá a 1.37 billones de pesos, cifra que representa un incremento de 55 mil millones de pesos respecto a lo aprobado para 2020.
Esta cifra tiene el nivel más alto de este rubro de gasto en la historia del país, y significa 30 por ciento del gasto programable total; es decir que por cada peso gastado del gobierno en este rubro, 30 centavos serán para el pago de sueldos.
Esta austeridad mal aplicada o nómina oculta, aumentan el costo promedio de las plazas en el gobierno federal.
Si revisamos el número de plazas de las dependencias del sector público (Tomo IX del PEF Analítico de Plazas) y lo dividimos entre el gasto en servicios personales, se puede observar datos que no corresponden a una lógica administrativa, o bien que sugieren que en el Presupuesto de Egresos no se revela la totalidad de las plazas en el gobierno, o bien existe una especie de nómina escondida o no declarada y esto explicaría el poco usual comportamiento de la relación nómina/plazas en la administración pública Federal.