Una catástrofe anunciada

San Luis Potosí tuvó la visita de los liderazgos que llevan sobre sus hombros la responsabilidad de los asuntos más importantes del país.
Sin duda el que más ha afectado es la pandemia, creando una serie de pandemias concatenadas unas con otras, en un país donde el rumbó cambió hace varios meses, pero que sus resultados no han podido llegar a cifras positivas.
Estos meses se han marcado como inhumanos, poco empáticos, con incapacidad, irresponsable, recorte al presupuesto, corrupción, proyectos berrinche y el que más duele de división social.
El divisionismo de ideas transciende al uso de cubrebocas, unos a favor otros en contra y gobiernos que tienen que obligar a la ciudadanía a protegerse ante el colapso de los sistemas de salud.
Ya es costumbre por parte del gobierno federal la violación a leyes, reglamentos y normas, a romper los esquemas de lo que puede hacer o no un presidente, que pasa el límite de libertad al libertinaje, desobedeciendo las recomendaciones de organizaciones mundiales y destacarse internacionalmente como el claro ejemplo de lo que un gobierno No debe hacer.
No usa su cubrebocas, pese a que en el lugar donde está, su uso es obligatorio.
Su mensaje es claro: NO ME INTERESA.
Mientras a él no le interesa, en los hospitales mueren niños, mujeres, jóvenes, adultos y adultos mayores; doctores y personal de salud no se salvan, están en la línea de fuego, donde se ha convertido una verdadera zona de guerra.
Las decisiones que toma el gobierno son más políticas que técnicas, donde se manipulan los números para dar una mejor presentación, pero la catástrofe es evidente, somos el 3o de 200 países que integran la ONU en incidencia de decesos.

Nuestra historia esta marcada

En San Luis Potosí estamos a una décima para regresar a riesgo máximo, la visita del Presidente presiona al sistema a mantenerse a la baja, pero para oídos de todos, todo sigue igual.
Disminuye la aplicación de pruebas, por lo que es obvio que baja el registro de los contagios, pero la realidad es que siguen muriendo cada vez más mexicanos por la incompetencia del gobierno en turno.
No da respaldo económico y mucho menos un respaldo moral, como dicen: NADIE DA, LO QUE NO TIENE.