La corrupción sigue

Ya como presidente AMLO prometió acabar con este fenómeno que lesiona a la sociedad

Durante su larguísima campaña y luego ya como presidente AMLO prometió acabar con este fenómeno que lesiona a la sociedad: la corrupción. Muchas veces la competencia por el poder no se da para gobernar bien, sino para aprovechar cargos y enriquecerse. Se ha llegado a decir que la corrupción es parte de nuestra cultura.
AMLO para ganar adeptos ofreció 500 mil millones de pesos por ahorros en corrupción, aseguraba tener la fórmula mágica para lograrlo y se ponía como ejemplo de honestidad. Pero nadie supo de qué vivió estos últimos 20 años en los que incluso viajó a diferentes partes del mundo.
Hoy tras los fracasos de la 4T traen a Emilio Lozoya en calidad de testigo colaborador para castigar la corrupción en dos casos: Odebretch y la venta de planta de Agronitrogenados. Por trato acordado no pisará la cárcel. Su primera declaración ante estuvo llena de quejas y supuestas presiones, pero no aportó mayores pruebas tal y como se esperaba.
Abrir carpetas de investigación con base a lo expresado por alguien que se beneficia de sus propias declaraciones, no despierta confianza. Sospechas existen, pero faltan evidencias. Los involucrados si son perseguidos se defenderán. El circo mediático comienza. De los resultados existen dudas. Todo esto en un ambiente con un tufo de corrupción de grandes proporciones.
Desde violaciones al debido proceso, hasta alegatos y discusiones sin fundamentos precisos. En resumen, falta aún mucho por decir y por probar. Lo que ya empezó fue la filtración de notas, donde se dice que el dinero de Odebretch se repartió entre legisladores para comprar sus votos para la reforma energética. Si bien estuvo atorada por años, al final tanto PRI como PAN la buscaron hasta lograr acuerdo. ¿Para qué pagar si se logró? El PRD se unió a una parte del Pacto por México, aunque después, por la presión ejercida, se retiró del tema petrolero.
Todo esto se realizó en un ambiente pleno de corrupción que involucró a militantes de todos o de casi todos los partidos políticos.
Por otra parte AMLO dijo saber cómo crecer al 4 por ciento, cómo acabar con la corrupción, cómo gobernar para resolver viejos vicios y rezagos, para promover la igualdad social, cómo atraer inversión.
Andrés Manuel López Obrador nunca declaró bienes y viajó por todo el mundo y se dedicó también a recorrer México en busca de adeptos, además sus hijos, antes desempleados, hoy viven como reyes, se dedican a fabricar chocolates, y cerveza, ni no se encuentran en el SAT registrados. La famosa 4T ha fracasado con 12 millones más de pobres más los que se acumulen por efectos de la pandemia, con más de 2 millones de desempleo hasta este momento.
Ocupamos el primer lugar en salida de capitales norteamericanos. El Covid-19 aceleró desatinos, casi 50 mil familias enlutadas. No hay inversión privada en infraestructura. No hay concursos de obra, todo es por adjudicación directa. Absoluta corrupción aunque en el discurso afirmen lo contrario.
La corrupción se propicia aún más con la confrontación que es su método de hacer política. La polarización es su convicción y se resumen en esta frase: “estás conmigo o contra mí”, nada de pluralidad o disenso. Críticas no se admiten, aun cuando busquen ayudar a solucionar problemas. El daño crece con la austeridad mal diseñada, mientras el derroche en Pemex, Tren Maya, Dos Bocas, y Sta. Lucía incrementan costos de proyectos inviables, futuros elefantes blancos. Mientras mueren doctores y enfermeras, no hay medicamentos, Cofepris se pelea con laboratorios que han pasado inspecciones y pruebas. Se destruye a la empresa nacional. Y siguiendo el ejemplo de su líder, muchos desafían la pandemia y ni siquiera usan cubrebocas.
Todo esto puede tener una definición que es simplemente el auspicio de una corrupción creciente disfrazada de democracia, de solidaridad y de austeridad republicana.
La corrupción sigue en cualquier tema que se toque, por ejemplo las guarderías que se eliminaron, las universidades que se anunciaron por parte del gobierno de la República, el afirmar mentirosamente que no se intentaría al país con préstamos y a los seis meses de tomar posesión el gobierno federal ya estaba comprometido con préstamos al extranjero. Todo esto sólo puede hacerse en un marco de corrupción que tiene como elemento fundamental la mentira, el engaño, las falsas promesas.