Kristian Álvarez quien jugara en el Guadalajara, Santos y Veracruz, se quedó en Salamanca, donde actúa en el club español que se encuentra en Tercera División, durante esta pandemia.
La decisión a todas luces fue acertada para evitar mayores problemas de salud, pero no dejó de ser trágica ya que no pudo estar presente cuando su madre falleció y a la fecha no ha podido viajar a México para visitar su tumba.
«Créeme que fue muy duro para mí. Desgraciadamente mi mamá falleció en México y hasta el día de hoy no me tocó vivirlo. ¿Qué te puedo decir? Son lecciones de la vida y la importancia de no poder hacer algo más. Pero también agradezco que me tocó vivir esta etapa para darme fuerza, por mis hijas y mi esposa. Han sido meses que no pudimos salir y la distancia fue algo muy fuerte. Una de las razones de agarrar el reto de quedarme en el Salamanca es porque en uno de mis encuentros con mi mamá le dije que quería venir aquí a triunfar», dijo a la Gaceta de Salamanca.
Álvarez desmintió que en España haya sufrido de racismo como denunció su compatriota David Izazola, exjugador y exdirectivo del club.
«Lo hablaba con mi amigo: en mi caso no puedo decir que se hayan portado mal. Todos los días convivo con españoles: padres, maestros, compañeros, la gente… y no he tenido ningún problema. Si acaso cuando el incidente con el Unionistas (fanáticos del club contrario de la ciudad). En la calle dos o tres veces me insultaron yendo con mi familia. En ese momento te dan ganas de ir a golpearlos, pero hay que pensar en la familia. Estoy muy tranquilo y muy feliz por mi situación y el recibimiento que me dieron en Salamanca. Creo que me he ganado un poco el cariño de la gente porque siempre he intentado hacer las cosas bien. No soy quién para juzgar a nadie, pero en Salamanca no me ha tocado vivir ninguna situación de racismo».
Álvarez seguirá en el equipo que ahora dirigirá Sergio Egea, exauxiliar de Hugo Sánchez en la Selección Mexicana.
«Me quedé con la espinita de que todo terminara así. Estábamos en un momento duro, ni tan cerca de abajo, pero también podíamos repuntar y no se sabe qué podía haber pasado. En lo personal creo que hice las cosas bien. El momento más duró llegó con los seis partidos sin poder jugar por la impotencia. Hicimos las cosas lo mejor posible para que todo funcionara, pero en todos los equipos hay momentos buenos y malos. Al decirme de seguir, yo estaba contento, porque tenía ese reto familiar, aunque sigo con la idea de que estar aquí no es fácil. Aquí no vengo por dinero, no se gana lo que uno ganaba en México, pero es un reto. Vine triunfar y sé que si hago las cosas bien lo conseguiré, sea en el Salamanca o como un impulso para triunfar en Europa. Las dos partes estábamos contentas. Tenía el compromiso con el club y el reto con la familia. Si fuera fácil venir tan lejos muchos estarían aquí».