La delgada barrera proporcionada por un simple cubrebocas quirúrgico o un sustituto casero puede ayudar a reducir la propagación del COVID-19.
Sus categorías:
La respiratoria que son diseñadas para proteger al usuario.
Los cubrebocas que su principal función es desviar la respiración y evitar que las exhalaciones se alejen demasiado del portador. Tiene más sentido si el objetivo es evitar respirar sobre otras personas.
La cobertura facial puede proteger al portador de los gérmenes entrantes, dependiendo del ajuste y la calidad del material utilizado. Los cubrebocas que deben utilizar las personas deben ser de un tejido denso para que capture las partículas virales pero que también permita transpirar.
¿A quién protege?
Los cubrebocas están diseñados para proteger al usuario, la recomendación de especialistas es cubrir la boca para desviar la respiración para no contagiar a otros, ya que hay muchos casos asintomáticos.
Los cubrebocas quirúrgicos son el único tipo de dispositivo para desviar la respiración que está fabricado con estándares específicos, relató la BBC. Sin estándares obligatorios, la efectividad de los cubrebocas siempre será variable.
De acuerdo a Simon Kolstoe, profesor de cuidados a la salud basados en evidencia de la Universidad de Portsmouth, Inglaterra, en lo que se refiere a buen diseño, un cubrebocas bien ajustado debe cubrir la boca, la nariz y la barbilla, con ajustes alrededor de las orejas para asegurar que no quedan brechas a los lados.
Esto es importante porque aunque tu respiración pasará a través de la tela, el objetivo es reducirla para que no se propague tanto, asegura Kolstoe.
Clasificación:
Las quirúrgicas
Las descartables de uso diario de la población.
Las de tipo N95, este último un respirador especial que usa el personal médico que tiene contacto directo con los pacientes.
¿Cuántas veces se utiliza?
Depende del tipo que uses, las quirúrgicas están diseñadas para una sola vez mientras que las N95 si pueden ser reutilizables, así como las de tela. Los materiales se desgastan por lo que a medida se reutilicen protegen menos. Por lo tanto, si se está en la posibilidad de cambiar diariamente la mascarilla, sería lo mejor.
Forma correcta de poner y quitarlo
Primero hay que lavarse las manos, mínimo 20 segundos, con agua y jabón. Posteriormente se agarra el cubrebocas desde la base y se coloca de manera que cubra perfectamente la nariz y boca. Antes de colocarla es recomendable comprobar que no tiene algún agujero, se puede revisar a contraluz.
Para quitarse el cubrebocas, se debe sujetar de los lados y no del centro. Es necesario alejarla desde las gomas laterales cuidadosamente sin tener contacto con ropa o la cara por si hubiese alguna zona contaminada.