Las trobairitz: las olvidadas mujeres trovadoras

A lo largo de la historia, las mujeres han sido clave en la producción de manifestaciones artísticas, era el caso de las trobairitz. No obstante, esto muchas veces ha sido pasado por alto o deliberadamente silenciado a lo largo de los registros históricos, el de ellas fue uno de estos.
El concepto trobairitz se utilizó por primera vez en siglo XIII, la palabra «deriva del latín trovare, que significa hallar, encontrar. Se refiere al talento de hallar o encontrar las palabras, las palabras justas, en lengua materna, para decir precisamente el Amor, y decirlo de la manera considerada más perfecta y más bella posible, manera que es la poesía, poesía que después era cantada por la propia trovadora o por un trovador, un juglar o una juglaresa. Además, lo de “hallar” tiene un matiz interesante que es que contaba menos el esfuerzo que la inspiración, el hallar más que el buscar, empujadas por la intensidad del sentir, del sentir amoroso, que como resultado de un gran esfuerzo intelectual. “Vosotros buscáis, nosotras encontramos”, se dice que le dijo una beguina del siglo XIII a un escolástico. (Rivera, s/f)
Hasta ese momento, las pocas mujeres compositoras solo escribían música sacra, siendo las trobairitz las primeras compositoras de música secular occidental. (Música Antigua, 2020)
Estas compositoras pertenecían a familias nobles y casadas con nobles de la esfera provenzal. Existieron en el sur de Francia, en el norte de Italia, pero también en zonas de España como Cataluña o Navarra. La principal novedad que aportan es que por primera vez la mujer reclamaría el afecto del amado, se declaraba al hombre, algo que era muy transgresor para la época. (ExLibric, 2018)
Lo anterior significa que estas trovadoras fueron dos cosas a la par: «poetisas del amor cortés y fueron, también, señoras feudales, señoras de un territorio y de un castillo, una veces señoras feudales propietarias, otras veces señoras feudales consortes, ya que el derecho feudal reconocía a las mujeres como herederas de propiedades y de jurisdicciones en plenitud de derechos cuando no había heredero varón del mismo grado de parentesco. Esta combinación de poetisa y señora feudal en la misma figura fue la sustancia de la cultura trovadoresca, su matriz original y originaria. Ellas hicieron política mediante la poesía. Lo cual quiere decir que no todas las cortes feudales de Occitania, de Cataluña, del Norte de Italia o del Pirineo en el siglo XII pertenecieron a la cultura trovadoresca o cultura cortés, ya que no en todas ellas fue poeta la señora feudal. Pero sí fueron las cortes de las trobairitz las que marcaron el signo de la cultura política occitana en su conjunto en los siglos XI, XII y XIII». (Rivera, s/f)
La mayoría de los nombres de estas artistas se desconoce. Apenas comienzan a ser material de análisis y búsqueda. Entre los nombres que lograron traspasar el olvido están María la Balteira, musa e inspiración de muchos trovadores de la corte del rey.
Otros nombres destacados fueron Beatriz de Día. La versión más aceptada es que estaba casada con Guillermo de Poitiers pero enamorada de otro trovador, Rimbaud de Orange, al que le dedicaba sus “cansóns”. Otras trobairitz son: Alamanda de Castelnau; Clara d’Anduza o Azalais de Porcairages; Maria de Ventardorn, que plasma el deseo de igualdad entre hombres y mujeres en las relaciones amorosas: María de Francia ha pasado a la historia por sus Lais, doce narraciones breves escritas en verso que se consideran claves de la tradición bretona. Bieris de Romans (s. XIII), dirigió sus versos a otra mujer, lo cual ha provocado especulaciones sobre su posible homosexualidad. (Música Antigua, 2020)
Las trobairitz cantaban al amor, a la magia, a los sentimientos respecto a su quehacer cotidiano, a sus ideas respecto a lo que ocurría a su alrededor. Dejaban de lado la pasividad que caracterizaba a las musas de los compositores, en esa época de los trovadores, para reclamar en equidad de condiciones el amor o la pasión del otro, incluso si se trataba de un amor prohibido o meramente pasional.