¿Qué significa ser “TERF” y por qué se considera un insulto contra feministas?

«Me acusan de odio, me dicen insultos misóginos y, por encima de todo (…) me llaman TERF». En una reciente publicación de la escritora JK Rowling en su blog personal, utiliza el término anglosajón TERF en ocho ocasiones, y en ninguna para referirse a algo bueno. TERF es el acrónimo para Trans-Exclusionary Radical Feminist que en su traducción literal al español significa «Feminista Radical Trans-Excluyente».
De acuerdo a Rowling -que ha estado en medio de una polémica por sus posturas acerca de los derechos de las personas transgénero y ha sido señalada por algunos como tránsfoba-, TERF es un insulto. El término está ampliamente extendido en internet y es protagonista de foros y agitadas discusiones en Twitter, principalmente, entre mujeres trans y mujeres cisgénero (que se identifican con su género biológico).
Primero, algo de historia
El feminismo radical se refiere a una «tradición en el feminismo que fue muy prominente en las décadas de 1970 y 1980», apunta a BBC Mundo Jennifer Saul, profesora de las universidades de Sheffield (Reino Unido) y Waterloo (Canadá), quien se especializa en feminismo y filosofía política y social del lenguaje. «Una vertiente del feminismo radical sostenía que las mujeres debían pensar en una sociedad establecida a su manera y sin hombres», dice.
Saul explica que algunos eventos que realizaban miembros de esta ideología eran solo para mujeres y que esto coincidió con un interés de mujeres trans en acudir a dichos encuentros.
«Allí se dio entonces un quiebre dentro del feminismo radical entre quienes aceptaban a las mujeres trans como mujeres y quienes no lo hacían», señala.
El añadido «trans-excluyente» se utilizó, entonces, para distinguir a unas feministas radicales de otras, agrega Saul. Acerca del concepto TERF específicamente, algunos medios y artículos especializados apuntan como su creadora a Viv Smythe, una activista que se identifica como mujer cisgénero y heterosexual y que escribió el acrónimo en su blog en 2008.
«No tengo control sobre cómo otros usan una palabra que surgió simplemente para ahorrar escribir una frase más larga una y otra vez», escribió Smythe en una columna de opinión en The Guardian en 2018.
En el mismo texto, describe TERF como «un término para describir una cohorte de feministas que se identifican como radicales y que no están dispuestas a reconocer a las mujeres trans como hermanas, a diferencia de quienes sí lo hacemos».
¿Cómo se usa el término hoy en día?
«Es un término muy controvertido hoy día porque las personas a quienes se dirige tienden a verlo como un insulto al verlo vinculado con una retórica violenta y de odio algunas veces», explica la profesora Saul.
De acuerdo a expertos, TERF no es un acrónimo con el que usualmente alguien se identifique abiertamente. Por lo general, se usa para aludir a feministas que están en desacuerdo con que las mujeres transgénero sean consideradas como mujeres desde la defensa del sexo biológico.
Desde esa idea, cuestionan las legislaciones o iniciativas que incluyen a mujeres trans en espacios utilizados únicamente por un solo sexo, como los baños. Rechazan también la llamada autodeterminación de género por la que un hombre nacido bajo el sexo masculino se puede identificar como mujer sin haberse sometido a tratamientos hormonales o cirugía de reasignación de sexo.
¿Qué hay detrás?
Grupos de mujeres que han sido señaladas como TERF dicen que, bajo el término, se las asocia con la transfobia, algo que niegan. Alguna se oponen a ser calificadas como «trans-excluyentes» argumentando que en su ideología incluyen a los hombres trans (nacidos biológicamente bajo el sexo femenino).
«Por siglos, hemos sido oprimidas por la naturaleza física de nuestros cuerpos». «Si cualquiera puede identificarse como una mujer, ¿entonces qué es ser mujer?», se preguntaba.
Pero no todas las mujeres a quienes se las vincula con el acrónimo se consideran feministas radicales.
Algunos grupos, como el británico Fair Play for Women («Juego justo para las mujeres», en español), se definen como «un grupo de mujeres comunes y corrientes» que argumentan que «en el apuro de reformar las leyes para las personas transgénero» las voces de las mujeres cisgénero no están siendo escuchadas.
Voces destacadas de la literatura y el feminismo, como JK Rowling y Chimamanda Ngozi Adichie han manifestado posturas en las que insisten en trazar distinciones entre mujeres transgénero y mujeres cisgénero.