San Paulino de Nola, el santo patrono de los campaneros

Este santo con vida ejemplar, no solo era un religioso de vacación, también era un intelectual cuya educación se distinguía por sus conocimientos en física, poesía y filosofía, pues nació en una familia ilustre de cónsules y senadores que siempre se preocupó por darle a San Paulino de Nola una vida de estudios.
San Paulino de Nola, fue un santo nacido en Francia, más específicamente en la localidad de Burdeos y vio la luz del mundo en el año 354, y aunque venía de una familia bien acomodada, no conoció su verdadera fe a Dios hasta que perdió trágicamente a uno de sus hijos, pues el recién nacido murió tras 8 días, siendo este el gran impulso que hizo que el santo se refugiara en la religión católica, separándose del mundo y entregándose completamente a la fe.
Tras su repentino cambio de vida, San Paulino de Nola, fue a vivir a Barcelona en el año 393, y debido a su entrega total a la fe, los fieles de la comunidad, mientras se celebraba una misa de Navidad, pidieron: “¡Paulino sacerdote!”, así que el santo decidió convertirse de lleno, bajo la máxima Vox pópuli, vox Dei (La voz del pueblo es la voz de Dios). El obispo que autorizó dicha solicitud fue el de Barcelona que en aquel tiempo era Lampius.
Luego de hacer los votos a Dios, el santo decidió vivir en Italia un tiempo, ahí conoció a San Ambrosio. Durante este viaje se dedicó plenamente a la religión católica y decidió establecerse en Nola, una localidad donde antes vivió al tener el cargo de gobernador de Campania, de ahí que se le conozca como San Paulino de Nola.
Este santo era muy devoto de San Félix, cuya tumba se encontraba en Nola, otra razón para quedarse a vivir en aquella comunidad.
Se sabe que San Paulino de Nola gastó todo el dinero que tenía en los pobres; sin embargo, la ausencia de recursos no le impidió continuar ayudando, pues solía decir: “Dios proveerá.»