¿Qué hacer si en una pareja uno siempre tiene más ganas de sexo que el otro?

En toda relación hay aspectos que generan desacuerdos, que provocan malestar debido a las necesidades dispares de cada persona. Por tanto, lo fundamental no es evitar la diferencia, sino buscar la manera de que sea complementaria para ambos.
Además, la tendencia habitual es responsabilizar, poner el peso de la solución o de la culpa en el miembro de la relación que tiene menos deseo, en lugar de concienciarse que ambos son igualmente responsables y lo importante es buscar la manera de manejar el problema y de resolverlo. A continuación, expongo una serie de pautas, de ideas para poder abordar este malestar sexual tan común en las parejas.
1. Evita la presión
Cuando juntamos presión y sexualidad lo único que obtenemos como resultado es desgana y sensación de obligación. Por ende, no debe presionar el que tiene más deseo ni tampoco se debe auto-presionar el que no lo tiene. Hay que respetar las necesidades de cada uno y no buscar aumentar los encuentros sexuales a través de la obligación ni la idea de tarea.
2. Empatiza con el otro
Tendemos a exigir, a hablar siempre desde el yo, desde el cómo me siento, qué necesito, etcétera, sin antes haber hecho el trabajo de ponernos en la piel del otro. ¿Cómo se puede sentir? ¿Cómo lo puedo ayudar? Si no nos cambiamos de silla, uno siempre se sentirá como un adicto al sexo y el otro como un apático sexual. Por tanto, antes de pedir, primero toca empatizar, aspecto fundamental para que las relaciones funcionen.
3. Refuerza positivamente
El castigo, el refuerzo negativo, no tiende a dar resultado en estos casos. Pero sí si comentamos aquello que nos gusta, si mostramos agradecimiento ante los pequeños cambios y tenemos paciencia. Debemos recordar que los avances son lentos y progresivos y no podemos esperar un giro de 180 grados en cuatro días. La fuerza de voluntad del cambio es lo más importante.
4. Contacto sin objetivo
Si quieres que tu pareja tenga deseo debes permitir que sienta, que se relaje, y que no tenga la mente en lo que toca, sino en lo que le apetece. Por tanto, el erotismo, la sensualidad, las caricias, etcétera son aspectos esenciales para conectar.