Es innegable que la nueva Mazda BT-50 es parte de la familia de la marca, pues ya ha evolucionado con trazos de diseño de otros modelos de la marca y es muy similar al frente de la Mazda CX-9. La parrilla impacta con un marco cromado y la fascia delantera es muy distinta de lo que vemos en otros pick-ups medianos con los que compite, aunque el resto sea más convencional.
En la parte posterior, por ejemplo, las formas son muy tradicionales, con las calaveras verticales y sin demasiados pliegues de carácter.
Las modificaciones más notables en esta nueva generación entran a la cabina para hacerla una de las pick-ups más sofisticadas, de la mano con la nueva filosofía de la firma. Como otros modelos de la casa, hay un volante deportivo de tres brazos y una gran pantalla táctil con interfaces Android Auto y Apple CarPlay, además de tapicería de piel suave que llega hasta el tablero, consola central y en el túnel de la transmisión.
Para el desarrollo de la mecánica y la estructura de la Mazda BT-50 se trabajó con Isuzu y la nueva generación comparte componentes con la D-Max en lugar de con la Ranger como sucedía con la generación saliente. Viene con un motor 3.0 litros turbodiésel de 188 hp y 332 lb-pie de par, que le dan una capacidad de arrastre de 3,500 kg y una capacidad de carga de más de una tonelada.
Hay también una serie de ayudas a la conducción como equipamiento de serie, como el control crucero adaptativo, frenado autónomo de emergencia, asistente de cambio de carril.