Fallece tras de beber dos litros de Coca-Cola diariamente

Amy Louise era una mamá que tenía semanas de embarazo cuando fue descubierta muerta boca abajo en la cama de su casa en Invercargill. El 4 de diciembre de 2018, la madre sufrió una convulsión epiléptica y falleció, según los informes del New Zealand Herald, pero recientemente su historia se reviralizó para promover una «vida sana» y evidenciar los riesgos de tomar Coca-Cola.
Desde entonces, el forense David Robinson reveló que la futura mamá había consumido bebidas gasesosas en exceso y que esto podría haber sido una contribución a su muerte. La investigación supo que Amy tenía la costumbre de consumir dos litros o más de Coca-Cola por día. Además de esto, ella bebió entre 500 ml y un litro de bebidas energéticas diariamente.
Antes de su trágica muerte provocada por consumir altas dosis de Coca-Cola, la mujer de 34 años había sido enviada a un consultor obstetra y ginecólogo. Ambos notaron que ella tenía un trastorno de convulsiones mal controlado y que con frecuencia sufriría convulsiones con desencadenantes aleatorios.
Justo un mes antes de fallecer, la mamá había sido derivada para ver al neurólogo Graeme Hammond-Tooke. Se informó que había «incertidumbre» en torno a su diagnóstico de epilepsia. El neurólogo le recomendó un medicamento antiepiléptico o que fuera ingresada en el hospital para el monitoreo del EEG.
Se observó que Amy era reacia a someterse a más pruebas o cambiar a un medicamento diferente. Semanas después, la madre fue encontrada inconsciente y boca abajo sobre su cama, su torso estaba inclinado sobre el armario de la mesilla de noche. Los paramédicos se apresuraron a tratar de salvarle la vida, pero desafortunadamente no pudieron.
La investigación escuchó cómo las muestras de su sangre y orina mostraron que tanto la cafeína como la nicotina estaban presentes en Amy. El hecho de que ella fumaba mucho también fue ayudó a su muerte pues la mujer consumía 80g de tabaco por semana además de su dosis diaria de Coca-Cola.