Lo que se espera

Existen intensos análisis de académicos, de investigadores y de analistas periodísticos acerca de lo que se espera para la economía de México en 2020. De entrada podría verse que la desaceleración de la Economía de los Estados Unidos, prevé una fuerte desaceleración en la actividad económica americana hacia finales de 2020, pero ya desde hace algunos meses el sector manufacturero estadounidense ha estado presentando contracción, derivada de la guerra comercial que el Presidente Trump ha emprendido contra el mundo, lo que ha sacado del mercado a la industria.
Esto directamente repercute en la economía mexicana a través de sus empresas manufactureras; pero ante la contracción de la Inversión y ante la incertidumbre sobre las políticas públicas.
No se ve probable que el clima de desconfianza que ha imperado desde finales del 2018 se pueda revertir ante las circunstancias que prevalecen en el entorno, y las señales que manda el Estado en su conjunto.
Tales como la Inseguridad creciente. Este es el principal obstáculo para la buena marcha de los negocios en México, según diversas encuestas e indicadores, en donde el problema se ve que crece y se propaga a diversas regiones, en lugar de disiparse.
Además de inseguridad, diferentes formas u objetivos como son los asaltos en las carreteras y en las vías férreas, esto representa miles de millones de dólares de insumos o de productos que no llegan a su destino y lo más grave es que estas causas no están en las cláusulas de las aseguradoras como argumentos indispensables.
Pero también hay algo sumamente grave y muy sensible que es la debilidad del Estado de Derecho.
Una condición básica para la confianza en los negocios es que el Estado mantenga una estricta aplicación del Estado de Derecho y de respeto a las instituciones.
Pero por otra parte existen algunos factores positivos para la economía de México en 2020 como lo son las Remesas Familiares que superan un flujo anual de $33 mil millones de dólares, que de alguna manera fortalecen al mercado interno y al peso como divisa.
Por otra parte se puede mencionar como un aspecto positivo para la economía de México la Política Salarial, que puede generar junto con el gasto social cierto nivel de consumo.
Pero algo que sí resulta sobresaliente es el programa de Inversión Privada en Proyectos de Infraestructura, como ahora se pretende que se aplique en la capital potosina en cuanto a permitir que la iniciativa privada desarrolle proyectos de vialidad vendrían a favorecer el desarrollo económico.
Aunque también debe considerarse el posible desempleo que se genere en 2020 debido a la inflación que repercutirá directamente la canasta básica y que obligará a muchos trabajadores a dedicarse a las actividades informales que no los obligan a pagar contribuciones, pero que tampoco les permiten tener acceso a prestaciones sociales.
También se insiste en la inseguridad como un factor de riesgo ante el desarrollo económico, sobre todo de múltiples grupos de delincuentes que llegan por la frontera norte, supuestamente como migrantes que viajan rumbo al norte; estos grupos lo primero que hacen es reclutar jóvenes desempleados para inducirles a ganar dinero a través de actividades delincuenciales.
2020 será un año preelectoral que tendrá demasiada sensibilidad a través de los medios de difusión ahora triplicados casi al infinito a través de las llamadas redes sociales y que podrían influir en las decisiones políticas y estas a su vez en los proyectos económicos.