Tuve emociones muy fuertes cuando gané a Sabalenka, porque hacía mucho que no ganaba a una jugadora de ese nivel. Me hubiera gustado consolidarlo y a ver dado un paso hacia adelante. Pero no acabé triste porque soy consciente de que las cosas te las tienes que ganar y aprovecharlas.
Ellos sabían que yo no iba a volver, pero no hubo nada especial y lo entiendo, porque hay muchas estrellas y para Wozniacki, por ejemplo, era su último torneo.
A veces hay lesiones y cosas que no te permiten estar tantos años en un torneo, y en ese no me perdí ni una edición y sólo perdí una vez en primera ronda.
Estamos rodeados de fenómenos, pero no es fácil hacer lo que hacemos y pasa desapercibido al lado de jugadores que han ganado 20 Grand Slams, 19 y 17… Participar y perder pronto no te sabe a nada o a poco, pero personalmente valoro mucho estar, porque se echa de menos en tiempos de lesiones.
