Fintech es un concepto que viene utilizándose mucho en los últimos tiempos, sobre todo en los medios de comunicación sobre economía. Hace referencia al uso de la tecnología para mejorar servicios financieros como la gestión de cuentas bancarias, el ahorro de parte de nuestros ingresos mensuales o el desarrollo y uso de criptomonedas como el Bitcoin. De ahí viene su nombre: una fusión de los términos ingleses financial(“financiero/a”) y technology (“tecnología”).
El universo fintech es relativamente nuevo, pero en México ya son 515 las empresas que operan en este sector. Todas ellas suman un volumen operacional de más de 68,000 millones de pesos al año, lo que podría equivaler perfectamente a las cantidades que mueven los bancos nacionales. Nuestro país cuenta con el mayor desarrollo de la tecnología financiera de Latinoamérica, habiéndose doblado las compañías fintech mexicanas en los últimos cuatro años.
Este crecimiento del sector podría verse frenado tras la aprobación de la Ley Fintech. En un principio, la legislación del sector busca regular la operación de aquellas empresas que se incluyen dentro del mundo de la tecnología financiera para poder darle a los usuarios esa confianza que se merecen al usar sus servicios. Para poder cumplir todos los requisitos, esas compañías fintech deben invertir una gran parte de sus ingresos, algo que no todas podrían permitirse.
Además del alto costo económico que supone poder cumplir con esta regulación, las empresas fintechtambién tienen la obligación de diversificar sus inversiones en proyectos de crowdfunding, lo que eleva todavía más el coste. Al mismo tiempo, estas compañías tienen prohibido crear campañas que superen los 41 millones de pesos, unas restricciones que la mayoría de ellas no puede asumir y que algunas acusan de favorecer solo a los bancos, que sí pueden invertir más dinero.
Algunos expertos dicen que de las 515 empresas mexicanas que forman parte del sector de la tecnología financiera solo 42 podrían hacer frente a estos gastos. No cabe duda que, de confirmarse, también se vería perjudicada la economía nacional en general. Por un lado, a fecha de hoy, las 270 startupsque conforman dicho ecosistema ya han movido más de 629 millones de dólares. Por otro, la industria fintech ha conseguido crear 3,600 lugares de empleo.
Otro gran perjudicado de la estricta Ley Fintech es el propio usuario de las aplicaciones móviles desarrolladas por estas empresas. En México, ya cuentan con más de 4 millones y medio de usuarios registrados, que podrían ver cómo una app que usan a diario deja de ofrecer su servicio al no poder afrontarlos gastos. Los responsables de la ley se escudan con decir que la nueva regulación les protegerá frente a posibles fraudes, y eso les debería dar tranquilidad.
¿Pero a qué empresas afecta la nueva ley? En primer lugar, la ley regula las empresas que realizan actividades de crowdfunding, excluyendo eso sí las que lo hacen por donación o por recompensas. En segundo lugar, también se incluyen las instituciones de fondos de pago electrónico, que tienen un registro de las cuentas bancarias de sus usuarios. Y en tercer lugar, también afecta a cualquier empresa que ofrezca un servicio financiero que necesite autorización gubernamental.
Desde el pasado mes de septiembre, todas las empresas fintech necesitan operar dentro del nuevo marco legal. Es todavía algo temprano para determinar en qué medida afectará la Ley Fintech en las compañías mexicanas del sector, pero por ahora los augurios no son demasiado buenos. Los nuevos usuarios se beneficiarán de la confianza que da que las apps estén aprobadas por el gobierno. Por otro lado, los usuarios ya existentes pueden verse perjudicados si estas compañías se ven obligadas a cerrar.