El siguiente paso en la arriesgada estrategia de Ford ha resultado en una también arriesgada interpretación SUV EV del Mustang, la cual viene con el firme objetivo de posicionarse justo donde Tesla pretende lanzar su Model Y a la lista de compra de autos.
En una esquina, La Model Y se basa en el desarrollo del auto más importante de Tesla, el Model 3, ese que prometía ofrecer la movilidad eléctrica a las masas, con precios sumamente competitivos y, que logró que mucha gente confiara ciegamente al realizar reservas sin siquiera haber visto el auto en persona.
En la otra esquina, el primer eléctrico de Ford, que más allá de la inspiración en uno de los modelos más emblemáticos de la marca americana, toma el nombre y emblemas, para volverla una de las propuestas más arriesgadas en la historia de Ford.
Ambas, mantienen en consideración, las tendencias actuales, con una carrocería de SUV coupé muy marcada. Tesla, por un lado, utiliza su lenguaje de diseño fluido y orgánico para dar un toque de modernidad, mientras que, la Mustang Mach-E, utiliza rasgos más robustos que recuerdan de inmediato al pony car, tanto en las ópticas, como en las distintas nervaduras de la carrocería.
Por dentro, es más notoria la similitud entre los modelos eléctricos, pues en ambos, un par de enormes pantallas táctiles dominan el interior minimalista con casi nulos botones físicos.
