En el ‘universo Rahm’, como en el de Seve, se gana por las buenas y por las malas

Todavía cuesta creerlo: Jon Rahm (-19) necesitaba ser al menos segundo en la Final de Dubai para llevarse el ranking del circuito europeo, 28 años después de la última vez que lo hiciera Seve, o bien ganar el torneo, para dejarse de cuentas y de historias, y lo ha hecho por el camino más recto, el que lo simplifica todo en el mundo del deporte, el del triunfo.
Hoy entregaba una tarjeta de 68 golpes, resultado suficiente para llevarse la millonaria Final de Dubai (cheque de 3 millones para el ganador), aunque fuera con más agobios de los previstos una vez se había consumido el primer tercio largo de la ronda decisiva, tramo en el que el español no había dejado títere con cabeza en los greenes del Earth course… Todavía cuesta creerlo: Jon Rahm (-19) necesitaba ser al menos segundo en la Final de Dubai para llevarse el ranking del circuito europeo, 28 años después de la última vez que lo hiciera Seve, o bien ganar el torneo, para dejarse de cuentas y de historias, y lo ha hecho por el camino más recto, el que lo simplifica todo en el mundo del deporte, el del triunfo.