Aunque no se hable mucho de ellas, las infecciones vaginales son un problema de salud real que puede afectar a cualquiera; según informó Norberto Reyes Paredes, subdirector de Ginecología y Obstetricia del Instituto Nacional de Perinatología, al menos una vez en su vida, todas las mujeres padecen una de ellas.
De entre todas estas afecciones, la más común en el mundo es la vaginosis bacteriana, que, a diferencia de lo que mucha gente cree, no es una enfermedad de transmisión sexual sino que se da a través de la contaminación por bacterias.
A pesar de que esta clase de infección no suele ser grave y en general no representa mayores peligros para la salud, es importante tratarla lo más pronto y eficazmente posible, pues quienes la padecen tienen mayores probabilidades de contraer una enfermedad de transmisión sexual, y en el caso de las embarazadas, de dar a luz de forma prematura.
¿Por qué da vaginosis bacteriana?
Hay muchos factores que pueden intervenir en el estado de salud de la vagina y contribuir al desarrollo de la vaginosis bacteriana; la alimentación, el tipo de prendas que se utiliza, e incluso algunos medicamentos, podrían estar involucrados en el diagnóstico.
Por otro lado, un cambio hormonal causado por ingesta de anticonceptivos o por el ciclo menstrual son capaces de elevar el pH de la vagina haciendo que el entorno sea demasiado alcalino y permita la propagación de bacterias. También las relaciones sexuales pueden causar esta clase de cambios ya que, tanto el semen como la saliva son más alcalinos que la vagina.
Lo ideal siempre será acudir con un especialista para obtener el diagnóstico adecuado y un pronto tratamiento, sin embargo, hay algunos síntomas que podrían ponerte bajo alerta o ayudarte a identificarla. Estos son los más comunes:
Mal olor que muchas veces es descrito como olor a pescado.
Flujo vaginas gris, blanco o verde.
Ardor o comezón en vagina y vulva.
Ardor al orinar.