Varios senadores de Estados Unidos que buscan que sea obligatoria la revisión de antecedentes penales de los particulares interesados en comprar armas de fuego plantearon su propuesta al presidente Donald Trump, como parte de un intento de desatascar el proceso de un proyecto de ley que frene la violencia con armas después de un verano de nuevas masacres.
El senador republicano Patrick Toomey y los demócratas Joe Manchin y Chris Murphy advirtieron el miércoles que durante su conversación telefónica de 40 minutos con Trump no obtuvieron el respaldo del presidente a su proyecto de ley para revisión de antecedentes penales.
Señalaron que el presidente se mostró comprometido y alentador. Toomey aseguró que Trump tiene un fuerte «interés en hacer algo significativo» para evitar los actos de violencia con armas de fuego, pese a que no apoyó ningún enfoque específico.
El diálogo es el intento más reciente por salir de otro estancamiento respecto a una iniciativa de ley para el control de armas.
Con el regreso del Congreso a sus sesiones esta semana, republicanos y demócratas han estado señalando culpables. El líder de la mayoría en el Senado, Mitch McConnell, acusó a los demócratas de adoptar una actitud «teatral», y la presidenta de la cámara baja Nancy Pelosi advirtió que «la gente está muriendo» mientras los senadores republicanos se rehúsan a actuar. Mientras tanto, todas las partes involucradas siguen a la espera de una decisión de la Casa Blanca y una señal clara de Trump sobre lo que él podría respaldar.
Funcionarios de Washington, legisladores y personal del Congreso han sostenido reuniones frecuentes para discutir las opciones para frenar la violencia con armas después de las masacres en Dayton, Ohio, y El Paso, Texas, que cobraron más de 30 vidas en apenas un fin de semana de agosto.
Se espera que el presidente esté presente con una lista de iniciativas posibles a partir del jueves, de acuerdo con un funcionario sénior que habló a condición del anonimato dado que no está autorizado para revelar deliberaciones internas.
Hablando con los reporteros en la Oficina Oval poco después de la conversación telefónica, Trump dijo que él y los legisladores estaban «trabajando muy duro juntos» a fin de «ver si podemos elaborar algo que sea aceptable para todos».