- La ministra de Deportes, Roxana Maracineanu, pide que se den por perdidos los partidos a los equipos reincidentes. Por su parte, la Federación Francesa de Futbol solicitará a los árbitros para que no detengan los encuentros
PARÍS.
La suspensión de varios partidos de futbol en Francia por la exhibición de pancartas homófobas y cánticos contra los homosexuales en las gradas provocó una gran polémica entre el presidente de la Federación Francesa de Futbol y la ministra de Deportes.
Mientras que esta última, Roxana Maracineanu, animó a los colegiados a ser más firmes para combatir esos comportamientos, e incluso aseguró que hay que dar por perdidos los partidos a los equipos cuyas aficiones se muestren reincidentes. Por su parte, el presidente de la FFF, Noël Le Graët, aseguró que «se están deteniendo demasiados partidos».
«Puede que eso guste a algunos ministros, pero a mí me molesta. Se da la impresión de que todos los estadios se han convertido en lugares homófobos. Niego de forma contundente esa imagen», indicó Le Graët, después de que el inicio de la temporada estuviera marcado por la suspensión de varios encuentros por esos motivos.
Por ello, aseguró que enviará consignas a los árbitros para que no detengan los partidos por pancartas homófobas.
En declaraciones a la emisora «France Info», Le Graët aseguró que parar los partidos puede ser contraproducente, porque anima a los provocadores a persistir en su comportamiento.
Agregó que hay que luchar para que desaparezcan esas pancartas, que atribuyó a «algunos espectadores exagerados», pero consideró que la suspensión de los partidos no es el método más eficiente.
Le Graët, sin embargo, sí se mostró partidario de detener los partidos por insultos racistas o por un enfrentamiento en las gradas, una distinción que le valió grandes críticas.
Empezando por las de la ministra, que consideró «erróneo» diferenciar insultos racistas y homófobos y que se dio por aludida por las afirmaciones de Le Graët.
Maracineanu aseguró que las palabras del presidente de la FFF van contra la lucha que ella misma encabezó para desterrar la homofobia de los estadios, que inscribió en la acción de su gobierno y en las consignas de la FIFA.
Agregó que hace años que se registra homofobia en los estadios y que no sorprendía a nadie, pero que se comprometió en ese combate pese a que sabía «que no sería fácil».
El futbol debe aportar su contribución a la lucha contra todas las discriminaciones. En ese sentido, la consigna, apoyada por la FIFA, es la de tolerancia cero«, insistió.
Maracineanu aseguró que hablará con Le Graët para disuadirle que dé consignas a los árbitros para que no paren los partidos.
Diversas asociaciones de lucha contra la homofobia también se mostraron críticos con Le Graët y pidieron su dimisión.
Histórico dirigente del modesto Guingamp, Le Graët, de 77 años, está al frente de la FFF desde 2011, tras haber dirigido la Liga entre 1991 y 2000.