Cafeína y ejercicio (Pickering C & Grgic J. Sports Medicine 2019; 49:1007-30)

La cafeína (trimetil-xantina) se utiliza ampliamente para incrementar capacidad física, dado sus efectos ergogénicos, los que se han estudiado por más de un siglo e incluyen mejoría en pruebas de ejercicio, máximas repeticiones, mejoría en salto vertical y horizontal, así como aumento en resistencia, aunado a beneficio en cognición, vigilancia, memoria y conducta.

Por lo anterior, se recomienda su uso a dosis de 3-6 mg/kg/d, 60 minutos antes de iniciar el ejercicio, particularmente en las mañanas, con menor ventaja el tomarla por la tarde; el consumo de 400 mg de cafeína, especialmente por la tarde, puede disminuir cantidad y calidad del sueño.

La cafeína disminuye los efectos del jet lag. Los deportistas tienen mayores receptores de adenosina y no parece haber diferencias de tales beneficios entre hombres y mujeres. Aparentemente ofrecen ventajas las dosis repetidas de cafeína.

Células B migrantes de memoria secretan anticuerpos en la vagina (Oh JE et al. Nature 2019; 571: 122-6)

Los anticuerpos secretados en las mucosas nos sirven de protección contra microrganismos. En la mucosa tipo 1 como la intestinal, las células plasmáticas producen inmunoglobulina (Ig) A, la que protege contra virus.

Lo anterior se puede extrapolar a la mucosa tipo 2 o vaginal, con reto de protección contra virus de herpes simple tipo 2, particularmente por las células B de memoria con producción rápida y robusta de anticuerpos, sitio en el que adicionalmente los linfocitos T CD4 producen interferón gamma (IFNg), el que induce producción de quimiocinas (CXCL9, CXCL10 y CXCR3).

En la mucosa vaginal además de la producción de IgA, hay producción de otras inmunoglobulinas con subsecuente acción de anticuerpos, tales como IgG2b e IgG2c, que incrementan la capacidad para bloquear infecciones.

Las células T CD4 de memoria, se inducen por macrófagos, los que son críticos para la adecuada producción de factores solubles como citocinas y quimiocinas ya mencionadas.

Las vacunas que se basan en la capacidad de montar respuesta con anticuerpos contra virus del herpes tipo 2, han sido incapaces de montar respuesta adecuada suprafisiológica que conduzca a protección.

Los autores adicionalmente muestran que los anticuerpos circulantes en sangre no son capaces de llegar hasta epitelio vaginal, ante lo que la propuesta para lograr protección contra virus, es la inducción de anticuerpos protectores vaginales a través de vacuna local que induzca aumento de macrófagos, linfocitos B, T, anticuerpos y quimiocinas…….

Aspirina a dosis bajas en personas de edad avanzada (O’Brien CW et al. Ann Intern Med. 2019; DOI: 10.7326/M19-0953)

Resulta por demás razonable que las personas con factores de riesgo para enfermedad cardiovascular (CVD) reciban aspirina a dosis bajas como prevención primaria, es decir sin tener historia de CVD (como infarto o insuficiencia cardíaca) y desde luego mucho más evidencia la hay para protección secundaria, es decir subsecuente a un evento cardiovascular.

Tres estudios controlados publicados el año pasado evalúan que tales dosis de aspirina dan poco margen de beneficio en pacientes con diabetes y en personas de edad avanzada (ASCEND: A Study of Cardiovascular Events in Diabetes, ARRIVE: Aspirin to Reduce Risk of Initial Vascular Events y ASPREE: Aspirin in Reducing Events in the Elderly).

Las Fuerzas de Trabajo y Servicios Preventivos de los EEUUA recomiendan la aspirina para prevención de CVD y en cáncer en adultos entre 50 y 59 años que tienen riesgo mayor a 10% de tener CVD.

Un cuarto de los adultos en ese país, reportan el empleo de aspirina. En estudio de 14,000 adultos de 40 o más años sin CVD quienes tomaban aspirina, 23% no tenían indicación alguna para ello; en personas mayores de 70 años, 45% toman aspirina y alrededor de 28% de quienes tienen úlcera péptica usan aspirina que seguramente es factor contribuyente a su problema ulceroso.

El médico y el paciente deben de conocer las potenciales ventajas del empleo de aspirina, sus riesgos y la inutilidad en algunas circunstancias.

Comparación de exámenes de lípidos para predicción de enfermedad cardiovascular (Welsh C et al. Circulation 2019; doi.org/10.1161/ CIRCULATIONAHA.119.041149)

La hiperlipidemia se asocia a riesgo de enfermedad cardiovascular (CVD) y el tratamiento farmacológico resulta en ventajas para prevención primaria y secundaria de CVD.

Resulta innegable las ventajas de solicitar colesterol, HDL-C y LDL-C pero la determinación de apoliproteínas ofrece si acaso ventajas marginales de acuerdo a resultado arrojado por metanálisis de 37 estudios con 165,544 participantes de base de datos del Biobanco del Reino Unido, con base de 346,686 determinaciones de lípidos en personas sin CVD ni medicamentos para disminuir colesterol; hubieron 6,216 CVD (1656 fatales) en 8.9 años de seguimiento.

Posterior a análisis multivariable, los autores concluyeron que es suficiente la determinación de colesterol y de HDL-colesterol para evaluar factor de riesgo para CVD y que la determinación de otros exámenes pudieran no ser necesarios ni mucho menos indispensables.

Estudio del genoma identifica 8 locus de origen metabólico-psiquiátrico para anoresxia nervosa (Watson HJ et al. Nature Genetics 2019; doi.org/10.1038/s41588-019-0439-2)

La anorexia nervosa se caracteriza por muy bajo índice de masa corporal, enfermedad grave y compleja que afecta a 0.9 a 4% de las mujeres y 0.3% de los hombres, con heredabilidad calculada en 50-60%.

Estudios de Genoma (GWAS) con 3,495 casos y 10,982 controles estimaron variante genética con anorexia en 20%. Los autores realizan metanálisis con 16,992 casos y 55,525 controles de ancestros europeos de 17 países y observaron datos consistentes con poligenicidad y 8 locus asociados a bajo índice de masa corporal, en relación a alteraciones psiquiátricas, metabólicas y

rasgos antropométricos. Esos resultados clasifican a la enfermedad como desorden metabolo-psiquiátrico, con cierta base genética.

Lupus: la nueva epidemia (Ugarte-Gil MF et al. Lupus. 2019 doi: 10.1177/0961203319860907, resumen elaborado por Dr. Gustavo Razo, internista y residente de la superespecialidad en Reumatología, Hospital Central y Facultad de Medicina de la UASLP)

El diagnóstico de lupus eritematoso generalizado se ha triplicado en los últimos años, padecimiento de fondo autoinmune que se caracteriza por períodos de remisión y recaídas, estas últimas a pesar de tratamiento adecuado.

La enfermedad tiene período preclínico caracterizado por inflamación y/o fenómenos de autoinmunidad detectables previo a la aparición de signos o síntomas. Puede manifestarse como enfermedad indiferenciada del tejido conjuntivo, con manifestaciones clínicas sugerentes de enfermedad autoinmune sin cumplir los criterios de clasificación, del 3% al 57.1% progresan a lupus en 2-13 años; la intervención terapéutica temprana en individuos con enfermedad indiferenciada puede reducir el daño, mejorar calidad de vida y retrasar la transición a lupus.

El 25% de la población general tiene anticuerpos antinucleares (AAN) a títulos de 1:40, 5% 1:160 y 2% a títulos mayores. Más del 99% de quienes tienen lupus, tienen AAN en algún momento durante el curso de la enfermedad y estos auto-anticuerpos (auto-ac) pueden preceder por años las manifestaciones clínicas: 88% tienen auto-ac hasta 9.4 a. antes del diagnóstico; las concentraciones elevadas de citocinas pro-inflamatorias como IL-6 se presentan años antes, al igual que otras moléculas relacionadas a activación de linfocitos B (los que producen auto-ac) como BAFF y APRIL.

Las mujeres tienen mayor incidencia, con proporción de 2-15:1 en comparación a hombres, con edad media de 24-32 años; en niños (10-20%) se observa con mayor frecuencia entre los 12-17 a, el tardío (que inicia posterior a los 50 años) es del 15% del grupo total de las personas con lupus. En mestizos y afroamericanos se presenta a edad más temprana, con mayor gravedad y frecuencia.

El lupus se asocia con mutaciones de un solo gen como a deficiencias de proteínas del complemento (C1q, C1r/C1s, C2, C4A o C4B) y a enzimas como DNAsa.

Monitoreo debe de incluir la revisión clínica y determinación de biomarcadores como AAN, Ac-anti-C1q; la firma de interferón se asocia con actividad renal y neuropsiquiátrica, hechos que también correlacionan con la interleucina 6. Múltiples auto-anticuerpos son protagónicos en las manifestaciones clínicas de la enfermedad.