El último en salir le apaga

Intuíamos un futuro incierto, pero jamás tuvimos los elementos claros y precisos para asegurarlo. Además, el haberlos tenido ya sale sobrando, todo ha cambiado y nada ha sido cumplido. Será que de algún modo el hartazgo contribuyó en su momento si bien, a no cambiar en forma radical, pero sí a otorgar el voto de confianza. Y aquí estamos no solo con incertidumbre, el miedo se apodera de la piel de las inversiones, números a la baja. De la certeza solo sabemos que se escribe con zeta.
Es cierto que en las últimas décadas siempre hemos tenido esa certeza que la corrupción ha sido un componente más en el aire en nuestro México, pero al menos era una certeza, esa que se define como el conocimiento de la verdad y que, sin aplaudirla, es la misma que se acostumbró a dormir en la misma cama, compartiendo almohada, sueños y esperanzas, con un anémico y débil desarrollo. Aun así, era una certeza que al menos y sin aceptarla aportaba la tranquilidad necesaria para proyectar los desarrollos y avances propios en esa misma escala y ritmo. Desde el famosísimo error del 94 no había sentido, al menos en lo particular, estas arenas movedizas.
La percepción que tienen los mexicanos a cerca de su presidente ya empieza a sufrir cierta metamorfosis, el detonante, ahora sí, del cambio. Desgraciadamente, la espera tantos años de un cambio que no ha llegado, cobrará factura. Ya lo vivimos en un hecho que en mi opinión cambió la manera de percibir el poder ante el pueblo en la plaza de las tres culturas en el 68. Hasta el momento la herida sigue sangrando a manera de recordatorio, pero desde entonces México ya no es el mismo.
Una noche de Valles, suceso que no debe subestimarse, se vio a un presidente que no solo pedía respeto, suplicaba que no merecía ese trato como cualquier condenado ante su verdugo. Escena tan conmovedora como la sentencia del Chapo. De seguro sintió, como lo sentimos todos, a un pequeño grupo dejando en evidencia la vulnerabilidad de la que no debería gozar la figura más importante de México al margen que la justificada petición de parte de los manifestantes. Nosotros esperando que bajen los índices de violencia y éste sin protección física, armada, solar o repelente contra mosquitos en su caso. No creo que tenga la mínima idea del daño que le haría al País si desgraciadamente llegara a sufrir alguna agresión o atentado. Con la proxémica y la kinésica (se los dejo de tarea) ahogadas en sudor no encontraba una salida digna y por más que sacaba su pañuelo no dejaba de drenar sus fluidos como si fueran ramal del rio Valles.
Ante este escenario creo que la participación de las organizaciones colegiadas, los organismos empresariales y las asociaciones civiles están haciendo lo suyo, pero estrictamente lo suyo y sin un plan en común. Considero que si hay la suficiente fuerza sería en esas esferas, pero como un solo elemento, una sola voz; una convocatoria enérgica sin violencia con la finalidad de comparar datos. Aquí nace la certeza y de ese punto salimos todos.
Diez en siete meses. Clara, Simón, Patricia, German, Josefa por impuntual, Guillermo, Jaime, Tonatiuh, Carlos y Gualberto no son niños que estaban en las guarderías. Todos ellos ocuparon sillas de primera o segunda fila de barrera en la corrida presidencial y todos ellos se vieron obligados a dar las gracias por la confianza otorgada durante esos quince minutos. Cada uno con sus motivos, pero todos esos motivos depositados en una sola bandeja: la democracia dirigida y esta si se las digo: es el nombre que reciben, desde ciertos sectores, algunos gobiernos democráticos que poseen un fuerte control estatal y un poder firme del presidente, que puede ser considerado autoritario, en donde la justicia social no está garantizada ya que el Gabinete y toda la cúpula de poder suele pertenecer a una misma facción política, se busca la unificación y centralización del poder. El respeto a la diversidad tampoco está garantizado, existen sectores de la sociedad que son discriminados y perseguidos por el Estado. Y no lo dije yo, es la definición. Cualquier parecido a la realidad, no se hagan enredos, es eso exactamente.

@barrerArq