Efectos de suplementos nutricionales e intervenciones en dieta sobre enfermedades cardiovasculares

A través de revisión de PubMed, CINAHL y biblioteca Cochrane, se seleccionaron estudios controlados y metanálisis para evaluar efectos de suplementos nutricionales e intervenciones en dieta, sobre riesgos de enfermedades cardiovasculares (ECV) y muerte.

Nueve revisiones sistemáticas, 4 estudios clínicos controlados, otros 277 estudios y 24 intervenciones con 992,129 participantes, se revisaron. Se encontró evidencia moderada, en relación como la disminución de la ingesta de sal disminuye mortalidad por todas las causas en personas con presión arterial normal (10% menos) y condicionó menor ECV en personas hipertensas (33% menos).

Hubo nivel bajo de evidencia para el empleo de ácidos grasos poli-insaturados y omega 3, con reducción de 8% de infartos y 7% de enfermedad coronaria; el calcio aumentó riesgo de apoplejía o enfermedad cerebral vascular (17% más).

Otros suplementos y vitaminas NO tuvieron ningún efecto benéfico para ECV o disminuir mortalidad.

Se ha revisado la literatura científica más reciente empleando las palabras clave foods y nutrients (p. ej., carne, omega-3) y términos relacionados con la enfermedad cardiovascular (p. ej., enfermedades cardiovasculares, ictus).

Se ha hecho especial énfasis en los metanálisis y las revisiones Cochrane. En general, son escasos los estudios de intervención con un nivel de evidencia alto que respaldan los efectos beneficiosos de los alimentos saludables (como frutas y verduras), mientras que la evidencia que respalda los argumentos en contra de los alimentos considerados menos saludables (como las grasas saturadas) parece haberse debilitado con la evidencia más reciente.

En resumen, la mayor parte de la evidencia que respalda los efectos beneficiosos y nocivos de alimentos y nutrientes se basa en estudios epidemiológicos observacionales.

Los resultados de los ensayos clínicos aleatorizados revelan un cuadro más confuso, en el que la mayoría de los estudios muestran unos efectos muy pequeños en uno u otro sentido; la evidencia más sólida es la que procede de los patrones de alimentación.

El conocimiento actual de la relación entre dieta y riesgo de enfermedad cardiovascular requiere unas recomendaciones más individualizadas, basadas en técnicas de genómica.