La selección femenina de Estados Unidos ratificó toda la calidad que sus futbolistas prometieron, tal vez superándose.
Especialmente Megan Rapinoe, la capitana con el cabello rosado que acabó llevándose el Balón de Oro a la mejor jugadora y la condición de defensora de la igualdad.
Estados Unidos conquistó el domingo su cuarta Copa Mundial, un hito para el fútbol femenino, y segundo de manera consecutiva, tras vencer 2-0 a Holanda, en un partido en que Rapinoe convirtió un penal en la segunda mitad para abrir el marcador y Rose Lavelle aportó el segundo gol.