Lee Iacocca es un leyenda en el mundo de la industria automotriz. Gracias a sus ideas, logró que Chrysler renaciera en la década de los ochenta y fue quien colocó a Mustang en la línea de producción de Ford.
El exvocero de la empresa Bud Liebler y el exjefe de desarrollo de productos de Chrysler, que trabajaron con él, dijeron que un allegado a la familia les informó de su muerte el martes.
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En 32 años de carrera, primero en Ford y después en Chrysler, Iacocca presidió el lanzamiento de algunos de los productos de mayor venta de Detroit, incluyendo el minivan, los K-car de Chrysler y el Mustang. Se destacó también por sus alegatos contra lo que consideraba eran prácticas desleales de las automotrices japonesas.
Hijo de inmigrantes italianos, alcanzó un nivel de celebridad casi sin igual entre los magnates del automotor.
En la cima de su popularidad en la década de 1980, aparecía en avisos publicitarios por TV con su pegadiza frase: “si puedes encontrar un auto mejor, ¡cómpralo!”.
Escribió dos libros que fueron best sellers y se lo invitó a ser candidato presidencial.
Pero se le recordará sobre todo como el jefe de Chrysler que ayudó a rescatar a una gran empresa al borde de la muerte.
En sus últimos años padeció el mal de Párkinson, pero Liebler no sabía a ciencia cierta cuál fue la causa de muerte.
En 1979, Chrysler tenía una deuda de 5 mil millones de dólares y un sistema fabril hipertrofiado que producía autos de gran consumo de gasolina rechazados por los consumidores.
Cuando los bancos lo rechazaron, Iacocca y el sindicato del automotor convencieron al gobierno que aprobara garantías por valor de mil 500 millones de dólares para mantener a flote a la tercera automotriz del país.