Luis Zapata (1951) reinventa el género picaresco —tanto en su lenguaje y estructura como en su gramática— en su novela El vampiro de la colonia Roma (1979), de la que el sello DeBolsillo acaba de lanzar una edición conmemorativa con prólogo del investigador Michael K. Schuessler y un epílogo del escritor Julián Herbert.
Considerada “la obra emblemática de la cultura gay en México”, esta historia que narra las aventuras, desventuras y sueños de Adonis García —un huérfano pobre que se ha prostituido desde la adolescencia— provocó en su momento un escándalo y sigue sorprendiendo a los lectores 40 años después.
Me parece una obra literaria original y vigente. Zapata es uno de los primeros en escribir una trama donde el personaje es un homosexual, prostituto, que está en control de sus acciones, sabe lo que quiere y cómo conseguirlo. Ya no recrea al gay como un objeto de burla, sufrido, trágico, que sólo padece los prejuicios de la sociedad”, explica Schuessler en entrevista.
El autor nos entrega una pieza testimonial, porque en realidad él entrevistó, de octubre de 1975 a diciembre de 1977, a un joven llamado Osiris y grabó las charlas en siete cintas, las que estructura como capítulos. Salta a la vista que le falta gramática tradicional y un formato, pero es una especie de recreación formal, fonética, de la manera en la que se expresaba ese joven”, detalla el estudioso de la obra de Zapata.