Una acción canallesca

Un canalla es un rufián, es un hombre vil y cobarde que ataca a traición, por la espalda. Tal vez esta definición se queda corta para aplicarla a Ricardo Gallardo Juárez y calificar lo que les hizo a los trabajadores del ayuntamiento que necesitaban de algún mueble, algunos enseres domésticos o algún préstamo de urgencia.
Las empresas comerciales Famsa y caja libertad que es una empresa de préstamos pusieron como condición a los trabajadores que requerían un crédito alguna de estas dos empresas, que el ayuntamiento de la capital para el que trabajaban y en donde les pagan les retuviera determinadas mensualidades para entregarlas a estas dos empresas como abono semanal o mensual del crédito que tenían.
Y las retenciones puntualmente las hizo el ayuntamiento a los trabajadores que habían adquirido un crédito pero estos rufianes no los entregaron como abono respectivo de cada trabajador al que se le retenían ciertas cantidades a las empresas a las que les adeudaban determinadas cantidades.
Termina el período del malhadado Ricardo Gallardo Juárez y transcurren algunos meses y las empresas que habían dado el crédito contratan despachos de cobranza para que exigieran el pago a los deudores y en procuración del mismo se les embargarán sus bienes.
Al reclamar a la Oficialía mayor del ayuntamiento actual se encontraron con la muy desagradable sorpresa de que la administración anterior solamente les retuvo sus abonos pero nunca los entregó a las empresas que les otorgaron el crédito a los trabajadores.
En este momento suman 11 millones de pesos el adeudo que se tiene con dichas empresas; es decir la administración de Ricardo Gallardo Juárez por instrucciones suyas no solamente retuvo el impuesto sobre la renta y no lo entregó a la Secretaría de hacienda sino en una inverosímil canallada les retiene los trabajadores sus abonos y se los quedan ya que no aparecen en ninguna contabilidad que el actual ayuntamiento recibió.
Lógicamente todos estos trabajadores ya están boletinados en el buró de crédito y en algunos casos las compañías de cobranza han puesto plazos para que paguen bajo la amenaza de embargarle sus bienes y recoger los artículos que les dieron el crédito.
Entre los involucrados está y Manuel Ramos quien fue tesorero de la pasada administración y hoy es presidente estatal del PVEM. Emanuel Ramos desde hace varios años ha trabajado bajo las órdenes de la familia Gallardo tanto en el municipio de Soledad como en el ayuntamiento capitalino y ahora Ricardo Gallardo Cardona lo ha puesto como presidente estatal del PVEM, después de que Gallardo Cardona se sabe que compró la concesión estatal de este partido político.