Llego la hora del postre y no hay nada que guste tanto como los postres de toda la vida.
Por eso hoy prepararemos un dulce plato que nació en los conventos y que triunfa entre grandes y pequeños. Es la hora de tomarnos unas natillas y disfrutar con el sabor de lo tradicional de la cocina. Pues hay clásicos que siguen siendo una gran elección.
Todos hemos comido natillas en algún momento de nuestras vidas pero, ¿sabéis cuál es su origen?. Pues aunque no se conoce con exactitud, el origen de este tradicional postre se sitúa en los conventos europeos. Aunque también nos encontramos con otra teoría, que sitúa su origen en Francia. Este país vivió una época revolucionaria en el mundo gastronómico, de la cual aún hereda su prestigio, en el siglo XVIII. Durante este periodo nacieron los placeres de la cocina francesa, que tantos grandes platos nos han traído.
Por ello, debido a la diversa creación de dulces y postres de este periodo, se relaciona la creación de las natillas a los cocineros franceses.
Es difícil determinar su origen. No obstante, las natillas están muy extendidas en España, aunque cada vez menos personas se ponen en la cocina a prepararlas y optan por comprarlas ya listas.
Este alimento, aunque muy calórico también es beneficioso, pues nos aporta diversos nutrientes de la leche y el huevo.
Por ello su consumo, sin excesos, puede ser positivo para nuestra nutrición.