La esencia de este platillo es la carne seca, totalmente deshidratada; ésta es una técnica muy antigua de conservación de alimentos, valiéndose de una técnica ancestral; para poder conservar la carne, era necesario tenderla al sol y al viento para que se secara, lo cual le daba una textura y hasta un sabor muy peculiar, por lo que es suficiente para que se mantenga en buen estado.
Los pobladores nativos de la zona norte acostumbraban llevar consigo rollos de esta carne como provisión en su vida diaria y en sus viajes y la comían tal cual sin sazón alguno. Estas tribus acostumbraban recolectar huevos de codorniz, mismos que adicionaron a la carne de venado seca ya machacada y deshebrada con piedras previamente.
Los indígenas comían antes de la Conquista carne de venado hasta que se incorporó a la carne salada de res de origen español y otros elementos del sabor para encontrar el sazón de la actual machaca. Hay otras leyendas de su origen en la memoria popular, una de ellas es que la zona norte desde el Siglo XVII en que fue explorada y colonizada su principal actividad fue la minería y posteriormente la ganadería. Cuenta la historia que unos mineros cansados de comer carne seca sola, como era costumbre, encargaron a la cocinera en turno variar la rutina y ésta tomó lo que tenía a mano, además de la carne: unos chiles, cebolla, jitomates y huevos, y así nació la receta que conocemos.
La palabra machaca o machacado o aporreadillo designa exclusivamente a la carne seca de res o venado que se destina para estos propósitos. Hay otra historia que atribuye el origen de la machaca al estado de Nuevo León, de donde junto con el cabrito se considera platillo típico y original, que nos cuenta el origen del machacado con huevo o machaca con huevo.