Cuando ocurre un incendio debemos actuar rápido, y de ser posible, intentar apagar el fuego antes de que crezca y se vuelva más fuerte. Los primeros minutos son muy importantes.
Un turista que visitaba la Iglesia Dominicana de Viena, en Austria, logró evitar una gran tragedia luego de darse cuenta que dos confesionarios de madera antigua estaban en llamas. Ante la emergencia, el hombre tuvo que ocupar lo que tenía a la mano: agua bendita.
Medios locales informaron que las autoridades de Viena investigan si este incendio fue provocado de manera intencional para emular la tragedia de Notre Dame, en Francia.
Guenter Rietzi, trabajador de esta iglesia, aseguró que, de no actuar rápido, el incendio pudo terminar de una terrible manera. Los hechos ocurrieron el pasado 12 de junio y, pese a reportarse con el departamento de bomberos local, cuando llegaron las llamas ya habían sido extintas por el turista.
La identidad del hombre quedó reservada a petición de ella misma.