Con este estremecedor anuncio, unas mujeres secuestradas por miembros de pandillas en El Salvador descubrían que había llegado la siguiente fase de una escalofriante trama.
Sus maridos, en realidad hombres desconocidos con los que habían sido obligadas a casarse pocos días atrás, serían asesinados. El objetivo: cobrar su seguro de vida. El grupo criminal detrás de este fraude —que bien podría ser el guión de una película— recibió un descriptivo nombre por parte de las autoridades encargadas de investigarlo: «Viudas negras». El 17 de mayo siete miembros de la Mara Salvatrucha (MS), una de las dos grandes pandillas del país, fueron condenados a entre 15 y 30 años de cárcel por delitos de trata de personas y agrupación ilícita en lo que supuso una sentencia histórica para la región. «Se trata de la primera condena en El Salvador y Centroamérica por trata de personas en modalidad de matrimonio forzado», destaca Violeta Olivares, jefa de la Unidad Fiscal Especializada contra Delitos de Tráfico Ilegal y Trata de Personas de la Fiscalía de El Salvador, quien asegura que se trata de un modo de operación de las pandillas nunca visto antes en el país.