¿Por qué se deben prohibir las ‘terapias de conversión’?

  • Aunque en México la discriminación y el maltrato psicológico son delitos, hay una práctica que no está penada pero que parte de la estigmatización y deriva en maltratos y humillaciones que causan severos estragos en quienes las padecen.

Se trata de las “terapias de conversión” para que personas homosexuales y transgénero presuntamente dejen de serlo. Pero, ¿en serio se puede dejar de ser homosexual?  ¿Realmente alguien puede dejar de ser trans?

Aunque no hay una sola evidencia científica que sugiera que la orientación sexual o la identidad de género se pueden cambiar, quienes promueven las terapias de conversión aseguran que la homosexualidad y la transexualidad son trastornos susceptibles de ser modificados.

Los métodos elegidos para las terapias de conversión van desde la hipnosis, los electro shocks, la reclusión forzada en “clínicas de readaptación” y las inyecciones de adrenalina mientras se muestran imágenes de sexo homosexual con el fin de sembrar aversión en la persona.

El problema no es solo que estas prácticas no son éticas, como lo ha indicado la Asociación Psicológica Norteamericana, quienes desestimaron a la homosexualidad como un trastorno desde 1973.

El problema es que no hay nada que curar. No se puede arreglar lo que no es un problema. Desde 1990, la OMS admitió que la homosexualidad no es una enfermedad; y pronto se hará oficial un dictamen idéntico sobre la transexualidad.

En cambio, la misma ONU ha declarado ha equiparado los efectos de estas terapias a la tortura, tortura que, en la inmensa mayoría de las veces, se practica en adolescentes que son llevados por la fuerza.

Detrás de las terapias de conversión solo hay ideología; los motivos para estigmatizar a las personas trans y homosexuales son únicamente ideológicos, nunca científicos. Cuando la ciencia estudia la transexualidad y la homosexualidad, es para ampliar nuestros conocimientos sobre la naturaleza humana, no para modificar arbitrariamente la conducta y la identidad de las personas.

Tan no funcionan las terapias de conversión que uno de sus mayores promotores en Estados Unidos, David Matheson, se ha declarado homosexual y ha abandonado las terapias de conversión que solo en Estados Unidos han dejado más de 700 mil víctimas.

En México, una iniciativa en la que participan las senadoras Citlalli Hernández Mora y Patricia Mercado busca que se castigue hasta con 3 años de cárcel a quienes participen en actividades que buscan “curar la homosexualidad”, contra la voluntad de una persona.

No se puede corregir lo que no es un error; en cambio, lo que sí se puede revertir es la transfobia y la homofobia.