MÉXICO EN RECESIÓN

Jalil Chalita Zarur

El arancel que Estados Unidos fijará a los productos mexicanos a partir del próximo 10 de junio será un golpe determinante a la economía de México.
Donald Trump anunciado que se aplicará un arancel de 5% en junio, de 10% en julio, de 15% en agosto y así hasta llegar al mes de octubre con un 25% en aranceles que se impongan en Norteamérica a los productos mexicanos.
Esto traerá una contracción a la producción en México y por lo tanto pérdida de empleos y de capacidad crediticia del gobierno. Al escasear los empleos se contraerá el mercado interno y el desempleo alcanzará cifras nunca antes vistas.
En nuestro país existe la costumbre de negar desde el gobierno cuando existe una crisis de cualquier tipo ya sea de salud, de seguridad o como en este caso económica, lo que en muchas ocasiones trae consecuencias graves por no haber corregido a tiempo los efectos de estas crisis.
Desde hace más de un siglo las economías se han venido calificando por lo que hacen en sus diferentes etapas, lo que los estudiosos de la economía han llamado “ciclos económicos”.
La súbita aplicación de aranceles a los productos mexicanos ponen “contra la pared” al gobierno de México ya que no ha abierto otros mercados adonde llevar sus productos.
En México la reforma constitucional con relación al petróleo, de ninguna manera será la solución a esta grave crisis económica que hoy nuevamente se enfrenta el país.
Los  signos de recesión claramente ya se venían dando desde el sexenio anterior.
Entre ellos la contracción de la industria de la construcción, la contracción también en la adquisición de automóviles nuevos, el incremento en la demanda de los servicios de salud pública y simultáneamente en la crisis de las instituciones como el IMSS y el ISSSTE que materialmente están en punto de quiebra.
Otro signo que no se quiso ver es el incremento del mercado informal, tanto de vendedores como de compradores. Las ofertas de ropa de segunda y tercera mano se incrementaron escandalosamente, no solo en los mercados sobre ruedas, sino en los zaguanes y cocheras particulares y en las banquetas de muchos domicilios que solamente vendían esas prendas usadas sábados y domingos y hoy se venden todos los días.
Pero un indicador que las autoridades no hicieron caso fue el de los suicidios fundamentalmente por  razones económicas ya que el descenso en la economía familiar fue drástico y las deudas familiares sobre todo con los bancos se convirtió en una presión insoportable.