El suizo Roger Federer jugará Roland Garros tras tres ediciones de ausencia, con el espíritu tranquilo y con la sensación de que puede dar la sorpresa, como sucedió en el Abierto de Australia de 2017.
Entonces, con 35 años y tras cinco años sin victoria en Grand Slam, el helvético recuperó su máximo nivel hasta auparse a una final que, en uno de los partidos más grandiosos que se recuerdan, derrotó al español Rafa Nadal. No sé si puedo ganar, para mi es un punto de interrogación.