Como todos los padres y madres que tienen un hijo con cualquier tipo de discapacidad funcional, bien sea: física, psíquica, sensorial y/o intelectual, queremos la mejor formación, sin obviar sus necesidades.
Parece sencillo el asunto cuando no se ha vivido de primera mano, pero, diariamente, trato con familias con niños de estas características y lucho, como si fueran míos, para que la sociedad los incluya con sus diferencias.
No olvidemos que las diferencias nos enriquecen. Es muy complicado asimilar que tienes un hijo con discapacidad funcional.
De hecho, hay familias que no lo aceptan nunca. Por ello, antes de comenzar, pido a todos los padres y madres que sean más empáticos a la hora de comprender a estos padres, ya que nadie está a salvo de ello.
¿Dónde deben escolarizar las familias con niños con discapacidad funcional a sus hijos?
En primer lugar, deben solicitar a los equipos de orientación de zona un “dictamen de escolarización”.
¿En qué consiste? En un informe técnico que conlleva una evaluación psicopedagógica donde se determinan tanto las necesidades educativas del pequeño, como los recursos humanos y materiales extraordinarios que necesitará, según sus necesidades.
Por último, establecer cuál es la escolarización más adecuada para el alumno: pudiendo ser en un centro ordinario, en un centro de educación especial, en un centro de atención preferente o en una escolarización combinada (centro ordinario y centro de educación especial).
Una vez realizado el dictamen de escolarización, las familias solicitarán los centros que consideren, siempre y cuando tengan los recursos que su hijo necesita.
¿Qué diferencia hay entre integración e inclusión?
Hoy en día, todos los centros son integradores, en mayor o menor medida, pero para conseguir la inclusión todavía nos queda un largo camino.
La integración en los centros españoles llegó en 1990 de la mano de la LOGSE, Ley precisamente impulsada Alfredo Pérez Rubalcaba, Ministro de Educación en ese momento.
Desde ese año hasta el día de hoy hemos avanzado mucho. La integración es tener a alumnos con cualquier tipo de discapacidad funcional escolarizados en centros ordinarios, pero no haciendo las mismas tareas que sus compañeros ni en la misma aula, en la mayoría de los casos. Inclusión, en cambio, es escolarizar a los alumnos con discapacidad en los centros. ordinarios y realizando las mismas tareas que los compañeros del grupo/clase.
En la actualidad, todos los centros son integradores. La clave reside en preguntar, a la hora de solicitar plaza, si cuenta con los recursos que su hijo necesita.
Ya conocido esto, es vital saber qué tipos de metodologías usan en el centro en cuestión. A continuación, expondré, de manera somera, algunas de las principales metodologías.
Obviamente, cada una dependerá de la patología a tratar. La gammificación, Aprendizaje Basado por Proyectos (ABP), Aprendizaje cooperativo (AC), Inteligencias Múltiples (IMM) Para concluir, se evaluara a el alumno.