El amor es una cuestión «muy cerebral»

Las emociones y sentimientos son inherentes al ser humano y cuando nos invaden se producen alteraciones neurológicas y neuroquímicas en nuestro cerebro.
El amor (un sentimiento como la culpa o la vergüenza) no es la excepción a esta regla y tiene claros fundamentos biológicos que resultan ser los responsables de las conductas que el amor termina generando en los seres humanos.
“El cerebro no es igual con o sin amor. Un cerebro enamorado es diferente. En una situación de amor se produce una elevación de adrenalina, un aumento de dopamina y una disminución de serotonina”.
El experto, de nacionalidad argentina, señala que el cerebro es capaz de cambiar de estructura gracias a su poder de plasticidad, lo que le permite formar diferentes conexiones neuronales en determinadas circunstancias. Los métodos actuales de estudio por medio de neuroimágenes han permitido distinguir con claridad las áreas cerebrales que se activan ante el deseo y ante el amor, y también la secuencia temporal en la activación.