Gazpachos morelianos, sabor con historia

Es uno de los símbolo gastronómicos de Morelia.

Sin ser un platillo de la cocina tradicional, el gaspacho moreliano es un ejemplo de la simbiosis cultural del pasado colonial en nuestra ciudad.

La combinación puede variar, pero los ingredientes básicos son: piña, jícama y mango cortados en cubos. Un toque de queso rallado, jugo de limón, cebolla y chile verde picado. Jugo de naranja, chile en polvo, un toque de vinagre y una pizca de sal. ¿Se te antojó?, entonces quieres un gaspacho moreliano.

Para los españoles, que habitaban la antigua Valladolid, el “gaspacho” era una sopa fría de tomate, sin embargo en México, el sincretismo cultural y la riqueza de nuestras tierras, lo transformaron en uno de los antojitos más frescos del gran bagaje cultural michoacano.

Se trata de un elemento culinario icono de la cuidad, la cantera rosa de sus edificios y los sabores de un delicioso gaspacho son lo que representan a Morelia ante el mundo entero.

El gazpacho es una sopa fría originaria de España que suelen preparar en verano por su frescura. En México, más específico en Morelia, se empezó a crear un gaspacho (así con S) en forma de ensalada agridulce. Su preparación es muy fácil, sólo debes lanzarte a tu mercado más cercano por tus ingredientes:

– Jícama, pepino, mango y piña; todo picado en cubos pequeños

Jugo de naranja y limón

– ¼ de cebolla finamente picada

– Sal, chile piquín y queso cotija rallado al gusto

Colocas la fruta en un recipiente y la revuelves agregándole el jugo de naranja, limón, sal, chile piquín y —como toque final— el queso cotija.