Quizá los más jóvenes no se acuerden (o de plano no lo sepan), pero en otras décadas la única manera de ver películas en la comodidad de nuestros hogares (por la vía legal) era rentándolas en negocios como Blockbuster.
La cadena alcanzó su punto más alto en 2004, cuando tenía 84 mil 300 personas contratadas en más de 9 mil tiendas repartidas por todo el mundo.
Esos tiempos de bonanza comenzaron a caer con el auge de servicios alternativos, como Netflix (que empezó siendo una plataforma de envío de películas a domicilio), Redbox (quioscos automatizados) y video on demand.
Luego llegó la era de los servicios de streaming y la resistencia simplemente no pudo soportar más.
En 2010, Blockbuster se declaró en quiebra y al año siguiente las 1700 tiendas que quedaban fueron compradas por Dish Network.
En el caso de Blockbuster México, Dish no cedió el nombre, así que Grupo Salinas entró a la ecuación y en 2015 renombró a todos los establecimientos en nuestro territorio como The B-Store, pero cerraron al año siguiente.
Todas las sucursales de Blockbuster en el mundo fueron desapareciendo sistemáticamente, de forma que a partir de abril de 2019 solo quedará una que jamás cerrará por tratarse de una atracción turística.
Esta sucursal está en Bend, Oregón, Estados Unidos.