La increíble Calzada del Gigante en Irlanda del Norte

Esta formación de unas 40.000 columnas basálticas que se encuentra al noreste de la isla de Irlanda se creó por el enfriamiento, casi instantáneo, de ríos de lava hace unos 60 millones de años. Esta historia aburrida es la que cuentan los geólogos.

Déjate de ciencia y escucha a cualquier anciano norirlandés que quiera contarte la leyenda. Dos gigantes de la antigüedad eran feroces enemigos y se lanzaban rocas el uno al otro. El irlandés (Finn) las ponía en Staffa, una de las islas del oeste de Escocia, donde vivía su némesis, Bennandoner. Las del escocés han quedado aquí expuestas para regocijo del viajero en busca de paisajes extraños.

Su descripción de la Calzada del Gigante tiene algo de mágico: Una pared de cañón, verde como un campo de golf, cae sobre un grupo de formaciones de roca volcánica totalmente surrealistas: columnas hexagonales prácticamente perfectas están apiñadas una al lado de otra como en un rompecabezas».

La Calzada del Gigante o Calzada de los Gigantes (en inglés: The Giant’s Causeway) es un área que contiene unas 40 000 columnas de basalto provenientes del enfriamiento relativamente rápido de la lava en un cráter o caldera volcánica, que ocurrió hace unos 60 millones de años.

Se encuentra en la costa nororiental de la isla de Irlanda, unos 4,8 km al norte de Bushmills en el Condado de Antrim, Irlanda del Norte. Fue declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986, y Reserva Natural Nacional (National Nature Reserve) en 1987. Se descubrió en 1693.

El proceso geológico que da origen a la formación de columnatas basálticas es relativamente simple: la lava incandescente en una chimenea volcánica o en una colada puede llegar a enfriarse in situ cuando el volcán o caldera cesan en su actividad eruptiva.

Este enfriamiento da origen a la formación de basalto, que es una roca cristalina, aunque con cristales sumamente pequeños debido a que su enfriamiento fue muy rápido y con una presión mucho más débil que la que soportan las rocas ígneas que dan lugar a la formación de granito a mayores profundidades: de hecho, el basalto se va formando en la superficie de la lava en el cráter o caldera y va progresando en profundidad.

A medida que el basalto va formándose disminuye su volumen y se forman prismas generalmente hexagonales cuya separación compensa la disminución de su volumen (disyunción columnar). Posteriormente, la erosión actúa primero sobre las rocas de los alrededores debido a que el basalto es mucho más resistente, quedando al descubierto dichas columnas.

Cuenta la leyenda que había dos gigantes, uno de Irlanda (Finn) y otro de Staffa (Bennandoner), que se llevaban muy mal y continuamente se tiraban rocas. De tanto tirar rocas se formó un campo de piedras sobre el mar. El gigante escocés decidió pasar el camino de rocas y derrotar a su adversario, pues éste era más fuerte que el otro.

La mujer del gigante irlandés (Oonagh) vio cómo venía el gigante escocés, así que decidió vestir a su marido de bebé. Al llegar el escocés y ver que el bebé era tan grande, pensó que su padre sería el triple de grande, así que huyó pisando muy fuerte las rocas, para que se hundieran en el mar y que el otro gigante no pudiera llegar a Staffa.

Fionn ha tenido una desavenencia con alguien del otro lado del mar. El gigante escocés Benandonner está amenazando Irlanda. Fionn, enfurecido, agarra pedazos de costa en Antrim y los lanza al mar. Las rocas crean una senda por la que Fionn puede cruzar y darle una lección a Benandonner.

Mala idea: Benandonner es terriblemente grande. Fionn se bate en retirada a toda prisa con el gigante detrás, pero nuestro héroe se salva finalmente gracias a la rapidez mental de su esposa, que lo disfraza como un bebé. Cuando el enojado gigante escocés ve el tamaño del bebé, decide que el papá debe de ser verdaderamente enorme. Eleanor Killough, una de las guías del vanguardista centro de interpretación, defiende la historia de Fionn: «¡Claro que fue Finn McCool [Fionn mac Cumhaill]! Por lo menos, así es como lo creen los lugareños.

«A la gente que nos visita le mostramos las dos caras de la moneda, tanto el mito como la ciencia para que ellos decidan, pero la mayoría de los que nos visitan se marchan creyendo que esta es la antigua morada de un poderoso gigante».

«La Calzada del Gigante es fruto de colisiones volcánicas, que ardieron y después se enfriaron», explica Eleanor. «Un legado épico de lava de 60 millones de años. Más de 40.000 columnas de basalto. Entrelazadas.

«No es de extrañar que este lugar sea un sitio de patrimonio mundial de la Unesco, porque además de su belleza alucinante, la Calzada es nuestro portal hacia el pasado más remoto de la Tierra», concluye.

Decidas lo que decidas creer, nadie puede discutir que la Calzada es una imagen estupenda. Miles de turistas toman instantáneas aquí todos los años, así que cuando la antorcha Olímpica visitó Irlanda se convirtió en una foto imprescindible.