De corazones y caracoles

Los humanos somos seres asimétricos. Aunque en apariencia mostramos gran simetría en estructuras externas como los ojos y las extremidades, nuestros órganos internos no están distribuidos así. Es por ello que, por ejemplo, nuestro corazón ocupa el lado izquierdo junto con el estómago y el bazo, mientras que el hígado se localiza en el lado derecho. Esta asimetría izquierda – derecha es evidente incluso en órganos internos pares como los pulmones o las glándulas suprarrenales.

La asimetría derecha – izquierda parece tener cierta relevancia a nivel funcional y se garantiza durante el desarrollo. Por esa razón existe una predominancia en la distribución de los órganos internos que en casos muy poco frecuentes puede no ocurrir. Una de ellas es la conocida como “situs inversus” en la que el corazón de un individuo aparece, junto al resto de las vísceras, como una imagen especular de lo que cabría esperar en un individuo normal, algo que ocurre en uno de cada 10.000 casos en el ser humano.