Posiblemente una Liguilla con «silicones»

  • El Cruz Azul de Pedro Caixinha merece ocupar la cabina del faro de la Liga MX.

Con el tan inevitable como indeseable receso de la Fecha FIFA, tras la penúltima y próxima jornada, este lunes, la espartana carrera por la Liguilla nos presenta una feroz competencia en el ascenso al cotidiano Himalaya bianual.

Con Cruz Azul recuperando el penthouse del torneo, la pelea se encarniza con América y Santos, cuando, en verdad, la ruleta rusa de la Liguilla queda siempre en manos de la incertidumbre.

Mientras los menesterosos preparan desde la antesala del fracaso, su eliminación, para poder ver la dicha ajena, mientras lamen las heridas propias, la batalla por los limitados escaños aún necesitará de las dos últimas jornadas entre un grupo de aspirantes pues incluso, en este momento, ni Pumas, ni Toluca, ni Monterrey, con 26 unidades todos, tienen garantía alguna.

A pesar de sus altibajos, el Cruz Azul de Pedro Caixinha merece ocupar la cabina del faro de la Liga MX

Morboso -y por ello seductor-, es que entre los cuatro que amenazan con escabullirse en los tres últimos sitios del pelotón, esos indeseables, aparecen equipos como Tigres, Morelia, Pachuca y Querétaro, que, en una jornada álgida, pueden llegar amenazantes.

Más allá de su inestabilidad, de su fragilidad defensiva, Tigres tiene un plantel curtido, cicatrizado en esos callejones sin ley que suelen ser los partidos de la Liguilla. Con el Tuca Ferretti puede ocurrir el ridículo o la sorpresa ladina.

El mismo Querétaro, un equipo inestable, pero que le ha pegado a mandones del torneo como Cruz Azul, Pumas y Santos, y aspirantes como Morelia, pero, carga con humillaciones ante León, aunque frente a Toluca, la expulsión absurda de Puch orientó el juego.

Morelia juega con las cartas justas: suma puntos ante los muy débiles y trastabilla ante los poderosos, mientras que el Pachuca poco puede vivir con el argumento del 6-2 sobre el Necaxa y que le revivió una ilusión ya obsoleta.

Miguel Herrera lamenta la inconsistencia de su equipo, al que le falta un genuino líder en la cancha, especialmente, porque el examen ante Cruz Azul y Toluca tiene un resultado aprobatorio en el marcador, el segundo fue más una cirugía mal hecha a trompicones, que con un talento y una demostración de equipo.

Ciertamente, Cruz Azul merece ocupar la cabina del faro de la Liga MX. A pesar de altibajos, tiene un plantel base sólido y organizado, comprometido especialmente, que en la Liguilla tendrá que enfrentar todo tipo de maldiciones que suelen acompañar al líder general y, punto aparte, al sello de la casa.