Siempre quiso ser un payaso, y usa tatuajes e implantes para cumplir su sueño

Richie “El Barbero” ha querido ser payaso desde que tiene memoria, pero en lugar de simplemente maquillarse de vez en cuando, decidió tatuarse la cara, cortarse el pelo y hacerse implantes de silicona para convertirse en un payaso permanente.

Richie tiene todas las características de un payaso: una gran boca roja, nariz roja, grandes cejas rojas, cabello teñido que solo crece a los lados de su cabeza, cara azul, elegante bigote y el colorido atuendo de un artista. Pero quitando la ropa y el corte de cabello, todo lo demás es permanente. La boca y la nariz están tatuadas, al igual que el maquillaje azul y todas las obras de arte que decoran su rostro, y esas impresionantes cejas en realidad se ven reforzadas por los implantes de silicona subcutáneos.

Es un payaso permanente en la vida real.

Como su nombre lo sugiere, Richie es peluquero, pero en el fondo siempre ha sido un payaso. El hombre puede rastrear su fascinación por los payasos hasta su infancia, cuando conoció a su primer payaso. En lugar de tenerle miedo, Richie se sorprendió por todos los trucos y malabares que el payaso hacía, y recuerda los consejos que recibió del payaso hasta el día de hoy: “cuando te sientas mal, solo haz malabares”. Fue entonces cuando supo que también quería ser payaso.

Al principio, la gente pensaba que Richie estaba bromeando cuando dijo que quería ser payaso cuando creciera, pero mientras seguía compartiendo su sueño, pudo ver que nadie lo entendía realmente. Entonces se convirtió en lo que él llama un “payaso de armario” durante años, hasta que se mudó a Hollywood, donde finalmente pudo convertirse en lo que quería ser.

Romper su caparazón y soltar a su payaso interior fue difícil al principio, ya que Richie recuerda que la gente realmente no lo comprendía. Lo miraban extraño cuando hacía malabarismos, y le decían cosas como “amigo, ¿qué estás haciendo? Los barberos no hacen malabares.

“, pero él no permitió que esas cosas lo decepcionasen. Siguió haciendo payasadas, como siempre había soñado.