El pasado sábado, Kyle Morningstar estaba pescando con sus amigos frente en la costa este de Florida cuando vio una sombra oscura en el agua acercándose lentamente a su bote.
El residente de Port Orange, de 31 años, estaba levantando el ancla alrededor de las 2:30 p.m. cuando miró por el costado de su bote y vio una aleta saliendo del agua. Era un gran tiburón blanco, y estaba empezando a acelerar.
“Dio dos o tres vueltas alrededor de mi bote”, contó Morningstar. “Era más de la mitad de la longitud de mi barco… supongo que era un tiburón de alrededor de 4.5 metros”.
Morningstar pesca desde hace tiempo, pero nunca antes se había encontrado con un gigante blanco, especialmente uno tan grande como este. Es difícil explicar lo que pasaba por su mente mientras miraba al tiburón nadar alrededor de su aparentemente pequeño (en comparación) barco pesquero, dijo Morningstar. La única forma de describirlo es que era “como una película”.
“Miré hacia abajo y vi una cosa gris que subía mientras dos o tres peces ramora nadaban hacia ella”, explicó. Cuando el tiburón apareció a la vista, Morningstar agarró su teléfono y comenzó a filmar.
“Oh, Dios mío”, repitieron los hombres en el bote mientras observaban al tiburón nadar a solo unos metros de distancia.
Morningstar publicó el video en Instagram y recibió docenas de comentarios de espectadores aterrados e impresionados.
“¡Amigo, eso es increíble! Qué miedo”, comentó un usuario de Instagram.
“Me hubiera muerto del miedo”, agregó otro.
Morningstar calificó el encuentro de “impactante” y dijo que “no podía creer que sucedió”. Afortunadamente, agregó, el tiburón solo se quedó durante unos cinco minutos.
Los grandes tiburones blancos pueden crecer hasta 6 metros de largo y pesar hasta 2.5 toneladas, lo que los convierte en el pez depredador más grande que vaga por el mar, según National Geographic. Pero no son tan letales como podríamos imaginar.“De los más de 100 ataques anuales de tiburones en todo el mundo, de un tercio a la mitad son atribuibles a tiburones blancos”, informa National Geographic.
“Sin embargo, la mayoría de estos no son fatales, y una nueva investigación indica que los grandes blancos, que son curiosos por naturaleza, ‘muerden la presa’ y luego liberan a sus víctimas en lugar de atacar a los humanos”.