Raúl Padilla: ¿Qué culpa tengo de ser exitoso?

Tengo una idea de qué es un cacique y no me veo reflejado en ello”, dice Raúl Padilla López, el eterno presidente de la Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, ahora convertido en enlace para temas culturales de la coalición Por México al Frente que encabeza Ricardo Anaya. El promotor cultural tiene más de tres décadas mandando en el encuentro librero que fundó casi al mismo tiempo que el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y defiende que ambos son exitosos. “¿Qué culpa tengo?”, agrega.

La verdad no me veo reflejado, que soy una persona que se ha involucrado firmemente en proyectos culturales y que son exitosos, sí, que estoy asociado a ellos, sí. La feria, el festival de cine, tuve la fortuna de haberlos fundado ambos, son sustentables, la feria del libro más, no requieren recurso fiscal, son eventos que funcionan exitosamente y que tienen una importante repercusión, pero ¿qué culpa tengo?, ¿en qué está mal? No me reflejo en eso, pero pues bueno, no falta que se mencionen adjetivos”, responde.

Padilla estuvo ayer en la Ciudad de México, para anunciar que la Cátedra Mario Vargas Llosa se desarrollará ahora desde Guadalajara y ya no en Perú, como sucedió en las dos primeras ediciones. Apenas el miércoles pasado, Ricardo Anaya hizo oficial que se sumaba a su equipo en busca de la Presidencia y rápidamente su nombre fue asociado al del gestor cultural que ha mantenido el control de las instituciones culturales tapatías más importantes, desde una posición de privilegio en la Universidad de Guadalajara (UdG).

Él mismo rectifica que no son 20 años de hegemonía, “no me lo recuerde, ya tengo 33, vamos a la edición 32 (en la FIL) y en el Festival de Cine vamos en la 33”. De esa larga permanencia, asegura, ha adquirido “experiencia”, “conocimientos modestos” y “contactos” en México y en el mundo que ahora pretende poner al servicio de la alianza que han formado el PAN, el PRD y MC; coalición que le parece “afortunada” y “que hasta el momento, la catalogo como la más progresista que tiene el país o la ciudadanía enfrente, la más progresista y la más viable”.

Pero su trabajo con Anaya, afirma, se quedará sólo en hilvanar una propuesta para el sector porque dice no estar interesado en ocupar ningún cargo una vez que sea electo el nuevo presidente de México: “no, no tengo interés en ocupar ni la Secretaría de Cultura ni ningún cargo público; no está ligado, es una invitación que me hizo Ricardo Anaya y no conlleva ningún otro tipo de compromiso a futuro. Además, en este país existen muchos hombres y mujeres en el ámbito cultural, en el mundo de la cultura muy muy capaces, muy talentosos, mucho más capaces y talentosos que yo”.

Raúl Padilla fue rector de la UdG de 1989 a 1995 y actualmente es presidente de la Fundación de la misma universidad. En 1986 fundó la Muestra de Cine Mexicano que se convirtió en el Festival Internacional de Cine en Guadalajara (FICG), un año después surgió la FIL. Las conexiones con la institución académica jamás se han detenido y Padilla sigue participando en sus decisiones interiores. A ese eslabón inquebrantable, reprochado por muchos, se suman críticas que alcanzan a su familia, particularmente a su hija y su gusto por los viajes y el glamour.

Su nueva encomienda con Anaya, agrega, no sólo es “un honor” sino “un compromiso con la misma actividad profesional que yo vengo llevando prácticamente toda mi vida” y dice que ocuparse del programa cultural de la alianza Por México al Frente no le impide seguir desempeñando las responsabilidades que ya tiene: “es una participación y una colaboración más de calidad, aunque sí, estos meses voy a estar trabajando mucho más, porque mi compromiso con Ricardo Anaya fue servirle de vínculo con la comunidad cultural”.

El primer esbozo de propuesta que presentó Padilla incluye ocho puntos, pero dice que “más adelante” será presentado el plan completo. Por el momento parte de la idea de ver a la cultura como generadora de ciudadanía y en la necesidad de que las políticas culturales “sean más diversas, que pasen del discurso a hacer realmente una nación que beneficie la multiculturalidad y la diversidad”. Pone especial énfasis en algo a lo que él ha sabido sacar jugo: las empresas culturales y la idea de ver a la cultura como generadora de desarrollo.

Estamos planteando una obligada reingeniería de las instituciones culturales, empezando por la Secretaría, yo fui de los que aplaudí su creación, pero se debió haber aprovechado para hacer una reingeniería sobre las instituciones ya existentes, para evitar duplicidades, para evitar burocratismo, concentraciones excesivas en algunas áreas, desatención a la creación en otras”, dice. Esta reingeniería, agrega, deberá incluir la Ley General de Cultura y Derechos Culturales que le parece “precipitada”.

La descentralización de las políticas culturales será otro de sus planteamientos y piensa que es necesario ver a la cultura más allá de las bellas artes. Padilla cree que la cultura ha vivido una “desaceleración” sobre todo a nivel presupuestal y para revertirla, afirma, “estamos planteando por supuesto el tema presupuestal. Es lamentable que teniendo México la historia y la tradición cultural que tenemos, siendo un país de creadores, sea poco lo que se destina del recurso fiscal en apoyo a la cultura, apenas el 0.3% del PEF (Presupuesto de Egresos de la Federación).” Con Anaya, agrega, una primera meta será llegar al 1% del PEF para la cultura pero después, dice, deberá crecer al 1% del Producto Interno Bruto (PIB).