Sin un claro favorito, en el más inesperado escenario político interno en el siglo XXI y en un frágil horizonte económico, los costarricenses acudirán hoy a las urnas en una segunda y definitiva ronda electoral para escoger un presidente entre el predicador evangélico Fabricio Alvarado Muñoz y el politólogo Carlos Alvarado Quesada, tras una intensa contienda con tinte religioso que podría marcar el futuro democrático e institucional de Costa Rica.
Acompañados cada uno de los aspirantes a las dos vicepresidencias, el predicador evangélico, de 43 años y del opositor Partido Restauración Nacional (PRN), y el politólogo, de 38 y del gobernante Partido Acción Ciudadana (PAC), se disputarán hoy los votos de 3 millones 322 mil 329 electores que podrán sufragar en 2 mil centros de votación en una fecha en la que podría crecer el abstencionismo, por ser Domingo de Resurrección con miles de personas en centros turísticos por Semana Santa.
En la primera ronda, que se realizó el 4 de febrero anterior y ganada por el predicador sin obtener más de 40% requerido de los votos válidos para evitar una segunda, el abstencionismo fue de 34.3%, el segundo mayor desde 1958.
La cita en las urnas, que se abrirán a las 06:00 horas locales (07:00 horas en el centro de México) y se cerrarán a las 18:00 o hasta que ya no haya votantes en fila, definirá por mayoría simple al sucesor del actual presidente, Luis Guillermo Solís Rivera, que asumirá el próximo 8 de mayo para un gobierno de cuatro años.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) previó que cerca de las 20:30 horas de hoy podrá emitir un primer recuento con tendencia irreversible. Recientes encuestas otorgaron una ventaja al predicador, pero tampoco se descarta una sorpresa.
Fallo decisivo.
El predicador aportó el rasgo religioso de la contienda y subió en el favor del electorado luego de que la Corte Interamericana de Derechos Humanos anunció el pasado 9 de enero una resolución que Costa Rica deberá reconocer legalmente el matrimonio entre personas del mismo sexo.
En un país con fuertes estructuras de conservadurismo, el candidato del PRN se lanzó contra el fallo, anunció que como presidente se saldría de la Corte, pasó de los puestos relegados de la competencia a encabezar la pelea, se consolidó en la primera ronda y dejó por fuera a los partidos tradicionales.
Pese a provenir de un gobierno que, como el del PAC, recibió un alud de ataques por corrupción política o por fracasar ante los graves líos de las finanzas públicas y ante la inseguridad, el politólogo se coló a la fase final.
“Esta elección planteó una lucha por el voto entre los de arriba y los de abajo, no entre izquierdas y derechas ni entre matrimonio homosexual o heterosexual. Son las zonas más pobres e inseguras del país, las que menos disfrutan del bien común, contra las más ricas”, alertó el politólogo costarricense Claudio Alpízar, director del (no estatal) ENCO Comunicación y Asesoría Política, de esta capital.
“Es la gente más sencilla de los barrios marginados frente a las ‘ilustradas’ comunidades universitarias”, dijo Alpízar a un Diario de circulación nacional.
“Es un frente a frente de los políticos tradicionales con los más humildes y abandonados por las ideologías y por una democracia que perdió sensibilidad con aquellos que se apegan a Dios ante la indolencia y la frialdad de políticos y tecnócratas que piensan que, con discursos de supuesta profundidad y conocimiento de los problemas, llegarán al corazón de los más humildes”, sentenció.