El chipilín, tradición del sureste mexicano

Originaria del sur de México y Centroamérica, el chipilín deja su huella en la gastronomía de Chiapas y Tabasco. Se utiliza en diversos guisos, caldos, arroz y en especial los típicos tamalitos de chipilín con su hoja de plátano, masa de nixtamal y salsa roja.

El chipilín es considerado un quelite, palabra del vocablo náhualt quilitl que significa verdura tierna comestible. En comparación con otras hierbas de este grupo — como la hoja santa o los romeritos — cuenta con un olor característico muy penetrante. Su sabor es dominante, como el caso del epazote, por lo cual resulta difícil de aceptar por el paladar de algunas personas. Así como se ve y huele, el chepil o chipilín tiene propiedades que vale la pena destacar. Es una hoja rica en calcio, hierro, tiamina, niacina, rivoflavina y ácido ascórbico.

Su consumo reduce el estrés; ayuda al crecimiento, la reparación de tejidos y la producción de hormonas, enzimas y anticuerpos.

Importante en la recuperación de pacientes con anemia. Es una rica fuente de proteína vegetal — ahora entiendo porque algunos tamalitos de chipilín no llevan carne.