La práctica hace al maestro y Samuel Kishi está en ese proceso de no ser un cineasta que se quede estancado en una sola fórmula. Tras ganar el Ariel por su ópera prima “Somos Mari Pepa”, este realizador ya alista un reto mayúsculo en su carrera: “Los vientos”, película en la que aborda la migración desde la perspectiva infantil, el arraigo, la pertenencia, las ausencias y qué pasa con los mexicanos una vez que han cruzado la frontera hacia Estados Unidos.
El filme que comenzará su rodaje el 15 de abril en Albuquerque, Nuevo México, plantea la historia de dos niños de siete y cinco años y su joven madre, quienes cruzan la frontera como turistas para conseguir un trabajo prometido, pero diversas circunstancias obligan a la mujer a dejar a sus hijos en el interior de un departamento ubicado en un barrio multicultural en el que los niños descubrirán diversas formas de no extrañar a su madre y conectarse con unos peculiares vecinos asiáticos, mientras ella intenta resolver su situación laboral.
“Para que los niños no extrañen a su mamá, ella se graba contándoles cuentos y anécdotas. Los niños comienzan a construir un imaginario y van explorando al barrio a través de la ventana; entablan una amistad con unos vecinos chinos que, a pesar de la diferencia del idioma, encuentran similitudes y lazos”, explica en entrevista el cineasta al revelar que esta idea de las grabaciones se inspira en experiencias personales, pues de niño, su madre, también lo hacía para que él no la extrañaran mientras ella estaba fuera de casa.
Fuera del cliché
Para Samuel Kishi, “Los vientos” no es una película más sobre la migración, pues intenta mostrar lo que también acontece con los migrantes que no batallan tanto para cruzar la frontera, pero sí modifican por completo su estilo de vida al enfrentarse a un idioma desconocido.
“Quiero hablar de otro tipo de migración, de los que ya se quedan, del tema del arraigo y del desarraigo, de en qué momento un espacio vacío se puede transformar en algo cálido como un hogar (…) en ‘Los vientos’ el drama no es el cruce de frontera, ellos lo hacen como turistas como mucha gente lo hace. En el cine mexicano estamos acostumbrados a ver la ‘Bestia’ (tren que utilizan los inmigrantes), los problemas con la Mara Salvatrucha y migración, pero me interesa ver todo esto desde una visión infantil”.
Apoyado en la producción por Animal de Luz e Inna Payán (“La jaula de oro”, “Cansada de besar sapos”), “Los vientos” se postulan en la trayectoria de Kishi como un proyecto ambicioso no sólo por las expectativas que hay tras “Somos Mari Pepa”, pues este será su primer filme rodado en Estados Unidos y con protagonistas infantiles.
Max y Leo son dos niños de Tlajomulco que fueron seleccionados de un casting de entre 900 pequeños y que recibieron asesoría de actuación por Fátima Toledo (del cast de “Ciudad de Dios”), mientras que el papel de la joven madre será interpretado por Martha Reyes, actriz local de cine y teatro (“La otra Emma”), que de igual forma rompen con el estereotipo del migrantes hasta en el color de piel.
“En un arriesgue, en nuestro imaginario cinematográfico, es raro pensar en una historia de migrantes donde cruzan fácilmente la frontera, pues sí lo es, existe mucha gente que se va, trabajan por meses o lo que duren y regresan, eso es una realidad también. Mis personajes son del Occidente del país, no son el arquetipo de la gente del Sur del país. La migración de Jalisco es impresionante, pero eso no quiere decir que no sean historias dramáticas, que no tengan sus afrentas”.
LA FILMACIÓN A DETALLE
Después de cuatro años
Durante seis semanas “Los vientos” se filmará en Nuevo México con actores y no actores de una comunidad cristiana; además, el personaje del vecino asiático fue seleccionado del cast de la serie “Better call Saul”, sin olvidar que las locaciones elegidas por la producción de Samuel Kishi también se proyectan como un personaje más que refuerza el sentido de la historia.
“Para mí, el ambiente y el lugar también es un personaje y los lugares de Nuevo México son distintos a lo que podemos ver en Guadalajara. Me llaman la atención los ‘no lugares’, existe una cierta despersonalización, hay muchísima soledad en Nuevo México, los personajes dentro de estos paisajes de inmensos cielos se ven pequeños, se ven aplastados” por el entorno.
Después de cuatro años de gestionar y aterrizar “Los vientos”, Samuel nuevamente contará con el apoyo de su hermano Kenji en la musicalización del largometraje, se utilizarán lentes anamórficos, además de contar con recursos de EFICINE, FOPROCINE e inversión privada.