Durante la temporada de calor una buena hidratación es fundamental para mantener la salud e incluso la vida, pues un golpe de calor puede llevarnos a la muerte.
Los seres humanos estamos conformados en un 70 por ciento por agua, lo que significa que la gran mayoría de nuestros organismos están constituidos por líquido.
Al haber un desequilibrio en el flujo de los líquidos pueden presentarse problemas de retención de líquidos e hinchazón, o con mayor frecuencia hay deshidratación, situación que afecta a toda la población, siendo alto el riesgo en menores y adultos mayores.
Se ha comprobado que, cuando se restringe la ingestión de líquidos, disminuye el estado de alerta y la capacidad para concentrarse, mientras que aumentan progresivamente el cansancio y el dolor de cabeza.
Piel enrojecida, caliente y seca, pulso rápido y fuerte, dolor de cabeza, mareo, náuseas, confusión mental, pérdida del conocimiento y convulsiones son síntomas propios del golpe de calor, destacó José Luis Galicia Cruz, pediatra del Hospital General Regional “Doctor Carlos Mc Gregor Sánchez Navarro”, del IMSS.
Esta condición se presenta cuando el organismo, enfermo o no, alcanza temperaturas de 39 a 41 grados, provocando que las personas expuestas no puedan controlar el calor normal de su cuerpo y pierdan la capacidad de sudar, cuya función es controlar la temperatura corporal.
La recomendación de ingesta diaria de líquidos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán” para adultos sanos es de 3.0 litros para las mujeres y de 3.750 litros en el caso de los hombres.
Con las altas temperaturas no sólo se pierde agua, sino también electrolitos (minerales) que son necesarios para el buen funcionamiento del cerebro y otros órganos del cuerpo.
La mejor forma de reponer los líquidos que se pierden al sudar, es con la ingesta de agua, café, te o jugo, pero las bebidas especialmente formuladas con electrolitos son de mayor utilidad ante un caso de deshidratación.
Rodrigo Durán Muñiz, gerente Médico del Grupo PiSA, explicó que hay dos tipos de golpe de calor: el clásico que ocurre cuando se eleva la temperatura del medio ambiente y, el inducido que sucede cuando se realiza una intensa actividad física.
El primer síntoma que aparece es la sed que esta indicando que el cuerpo está perdiendo agua, empieza a deshidratarse.
«Conforme avanza el aumento de temperatura, hay un mayor riesgo de golpe de calor y apetecen otros síntomas como mareo, confusión mental, calambres y debilidad muscular, si no se atiende la persona puede perder el conocimiento, caer en coma y hasta fallecer», destacó.
En esos casos en que el cuerpo pierde azúcar, sodio, potasio, magnesio y calcio, entre otros minerales, la manera más rápida de reponerlos es bebiendo suero.
Dijo que se debe preferir los que tienen uso médico y que también pueden consumirse como bebida de uso corriente frente a las bebidas hidratantes para deportistas, porque estas últimas no tienen los mismos beneficios pues no cuentan con la formulación adecuada para reponer electrolitos.
Para evitar deshidratación y llegar al golpe de calor se recomienda beber líquidos de manera continua, aproximadamente cada dos horas, y no esperar a tener sed, porque cuando ya es señal de una mala hidratacion.