*.- ¿Y la lucha anticorrupción, apá? *.- Remoto, empoderar a la mujer *.- De mi anecdotario personal

Las presuntas “auto-gestorías” del diputado local Las presuntas “auto-gestorías” del diputado local  Mariano Niño Martínez merecen atención especial de  parte de la Fiscalía General del Estado y específicamente de la Anticorrupción pero, mientras no se aprueben sus esquemas legales y materialicen sus estructuras internas, no habrá marco legal  para aplicarle todo el peso de la Ley.

Es evidente pues, que al mantener en suspenso la aprobación de la Ley Reglamentaria de la FGE el Congreso del Estado en general, y la Comisión de Vigilancia en particular, solapan este tipo de abusos, fraudes o desvíos importantes de recursos a la sombra de una implícita complicidad, No dictan normas, no hay como sancionar así de fácil.

Ya la indignación ciudadana actuí en julio pasado para desmembrar con la licencia obligada a 3 de 4 visibles miembros de la ecuación corrupta, y con el descaro e indiscutible cinismo de Niño Martínez están volviendo “al punto de quiebre” según organizaciones como “Ganemos” y “Ciudadanos Observando”.Y es que ya no es una sola, sino CINCO denuncias penales  por “gestiones” que nunca llegaron a los beneficiarios por lo que la deducción lógica conduce a que se quedaron en sus bolsillos, las que pesan contra el diputado panista sin que gasta ahora proceda una sóla.Teóricamente en SLP ya no hay fuero pero la Fiscalía Anticorrupción seguirá inhabilitada para cumplir su función mientras no aprueben la Ley que reforma la PGJE.

O sea, sólo hay un “petate sin muerto”.No queremos llamarle “elefante blanco ni Carabina de Ambrosio” pero eso es lo que las Fiscalías son mientras no les aprueben su marco legal, de modo que postergarlo es una clara maniobra de complicidad e impunidad por parte de la LXI Legislatura. ¡Trabajen, señores diputados! Dejen de hacerse… ¡Patos!

DÍA DE LA MUJER

Esta semana “celebraron” el Día Internacional de la Mujer con  marchas, conferencias, premiaciones y un sinfín de  alegorías retóricas que no abonan a mejorar las habituales condiciones de sometimiento femenino sino solo alegran los oídos a nuestras congéneres mientras los dicen.Lo cierto es que al paso que vamos será hasta mediados de este Siglo XXI, cuando lleguemos  a condiciones reales de equidad de género y justicia social para el gremio al que pertenezco, lo cual nuestros ojos ya no lo verán.

Es completamente desalentador ver que la única forma de acelerar este cambio, brilla por su ausencia en todos los proyectos de la  reforma educativa, ni siquiera un asomo de iniciar un cambio generacional, que contemple a nuestras nietas y nietos como los primeros beneficiarios, vivos, de ésta tan aplaudida y manoseada equidad de género.Lo que sí vemos es falta de promoción y discriminación política; candidatas en jurisdicciones que sus partidos de antemano dan por perdidas, funcionarias de segundo o tercer lugar y escasísimas del primer nivel y las que llegan al cenit generalmente sometidas o mediatizadas por algún representante del género opuesto.

Es decir: esposas, “amiguitas” , hijas, sobrinas y hasta madres y hermanas, que verán por los intereses del hombre que las impuso y de facto será “el poder tras el trono”.Y si no se valen este tipo de manipulaciones, tampoco son válidas las actitudes de éste tipo de mujeres dejándose utilizar. En lo personal lo considero “machismo femenino”  y, como  verá, es toda una aberración.

DE MI ANECDOTARIO

Ciertamente nuestro monumental Palacio de Gobierno lució esplendoroso iluminado de rosa el pasado jueves por la noche, pero igual puede lucir en tiempos de campaña de lucha contra el cáncer de mama o servicio uterino.

Es decir, sólo tiene connotación anatómica y las mujeres, disculpen señores, somos valiosas no sólo por ser el género para la reproducción de la especie; también por ser pacte activa del PIB, en todos los países donde se nos permite laborar y con todo y la desigualdad salarial que nos aplican.Recuerdo que una vez me cobré por adelantado unas comisiones por venta de publicidad,  cosa frecuente entre mis compañeros hombres que sin embargo a mí estuvo a punto de llevarme a la cárcel íes los contadores no comprendían mi osadía.

“Si fuera hombre entenderíamos que tuvo que pagar la cuenta de la juerga con vinos y mujeres pero siendo mujer… ¿En qué se los gastó? Ahí supe de golpe que para los jefes, las mujeres gastamos “anormalmente” nuestros ingresos, cuando de la relación laboral o política, se trata. y que sólo como madres, hijas, hermanas y hasta abuelas “entienden lo inaceptable”.

El punto fue que adelantarse sus comisiones “era propio” entre obras pero “inaceptable” para mujeres. Recordé esto hace un par de días, cuando Luisa, joven estudiante del Altiplano nos confesó no tener tele ni en la casa donde la asisten ni en la de su familia, de Estación Catorce.¡Esa es la realidad de una mujer que lucha por superarse en marzo del 2018. Con muchos sacrificios sus padres, empleados de invernaderos,  le costean sus estudios. ¿No cree  que si de verdad hubiera interés por empoderarnos habría apoyos para este tipo de mujeres? Lo dicho: puros rollos, demagogia y nada más.

OBRAS, NO ROLLOS

La realidad es que además de reconocimientos tan justos como el que la UASLP entregó a la doctora Velázquez con la Medalla  “Ildefonso Díaz de León, Universitaria de Excelencia”; de discursos bonitos y simbolismos baratos, el Sistema Político Mexicano debe asumir un compromiso serio y palpable con la promoción y el empoderamiento femenino con becas por ejemplo para aprender idiomas, créditos a la palabra  y programas de capacitación y desarrollo humano integral, y profesional, sólo por el hecho de ser mujeres; que el roll de la mujer trascienda los hogares, que la política asistencial oficial cubra no sólo a discapacitados jóvenes, también a las mujeres que incapacita la edad para que dejen de ser tratadas como estorbo cuando ya no les puedan servir, ya sea económicamente o físicamente, cuidando y atendiendo a hijos, nietos, nueras o yernos y lo que resulte. Duele, pero es la realidad y con esa nos ha tocado vivir y ser plenas y felices. Esperemos que nuestras congéneres del futuro no nos ,lo reclamen.