Inició ciclo de conferencias en el ceart

Como parte del Ciclo de Conferencias  “Secretos del pasado: El Centro Histórico de San Luis”, la Biblioteca del Centro de las Artes de San Luis Potosí Centenario dio inicio a las actividades.

En la primera conferencia los asistentes no solo apreciaran gráficas de antaño, admiraran planos o escucharan anécdotas sobre el contexto histórico de nuestra ciudad, sino que participaron en un foro de preguntas y respuestas posterior a la intervención de los expositores.

Durante este primer ciclo se abordaron los cambios en el tiempo del Jardín Colón; y se recordó el Templo y Convento de los Mercedarios, que actualmente funge como el Mercado Tangamanga o de la Merced.

Inició la participación el historiador Jesús Martínez Melgarejo. Expuso el resultado de investigaciones autodidactas en relación al entorno de la Calzada de Guadalupe, el Jardín Colón y sus alrededores.

Martínez Melgarejo hizo viajar a los presentes a través del tiempo para hacer pausas en los movimientos sociales que se han opuesto a la demolición del patrimonio actual, alternando en el presente y pasado, para seguir con la narración e historia de nuestras construcciones, personajes y anécdotas. Relatos reforzados con el contenido de archivos históricos consistente en fotografías y planos añejos trazados por expertos en materia.

A través del recorrido por el tiempo, el Ingeniero Jesús Martínez hizo hincapié en el contenido de litografías. Se detuvo en el centro histórico potosino y platicó sobre la creación de jardines, nombres de calles en honor a personajes o santos sin dejar de lado las pinturas en iglesias o barrios, esculturas, emblemas, conventos, mercados y plazas. También apuntó a la intervención de soldados franceses e incursiones extranjeras de mediados del siglo antepasado mientras exhibía el contenido de planos arquitectónicos.

Martínez Melgarejo lamentó la demolición del Templo de La Merced así como el extravío de documentos históricos. Luego tendría una intervención más destacando las virtudes del reloj ubicado en el Jardín Colón. De acuerdo a Jesús Martínez, la iglesia de la Merced fue la más preciada joya artística de San Luis. También consideró importante la presencia de los Mercedarios, quienes ya habían sido expulsados de forma previa a la destrucción.

Antes de la intervención del segundo expositor tocó el turno a los asistentes. Las preguntas estuvieron enfocadas en relación al simbolismo plasmado en estructuras, imágenes y significados. Hubo quien enunció anécdotas que son del dominio popular así como temas relacionados con la devoción social y el patrimonio potosino.

Tocó el turno a José Piedad Pérez Becerra, historiador autodidacta sobre los temas “étnicos” de la época precolombina y colonial. Su participación fue más precisa, pues se enfocó en el Jardín Colón, pero no pudo olvidar la presencia de embajadores, santos, movimientos estudiantiles, el porfiriato y el ferrocarril, para remarcar la estructura y colocación del reloj del Jardín Colón, que según el historiador, cuenta con una posición estratégica en relación a los puntos cardinales.

También hizo alusión a conductos acuáticos de la ciudad, así como al corredor que podría ser el más grande de América Latina o del mundo, ya que su planificación comienza desde la Basílica de Guadalupe, “y podría adelantarse hasta 20 de noviembre”.

Pérez Becerra, creador del Grupo “El Gran Tunal”, A.C. consideró que este corredor, “se quedó solo en un proyecto”, pero desde su punto de vista tiene gran importancia al tratarse de una obra “muy interesante”.

Durante su intervención José Piedad volvió a detenerse para destacar el reloj del Jardín Colón. Recapituló textos de otros historiadores y explicó que el instrumento fue instalado durante la era de Porfirio Díaz; “es una obra simétrica que juega con las 4 esferas, las que están totalmente armonizadas”.

El historiador también se enfocó en el relato relacionado con un capitán, quien se resguardó de una tormenta bajo el abrigo de un árbol, este sería devastado por un rayo. Agradecido, el capitán levantó en ese terreno de su propiedad una ermita que él y su señora esposa cuidaban personalmente.

El conjunto ocupaba toda la manzana que hoy llenan el Jardín Colón y el Mercado. Según Pérez Becerra el lugar siempre conservó el nombre de Jardín de La Merced, hasta aproximadamente 1886. En ese tiempo estaban en marcha festejos conmemorativos por los 400 años del descubrimiento de América. México celebró durante 30 días, y se contó con la presencia de embajadores de distintos países del mundo.

A José Piedad Pérez, en el bloque correspondiente, asistentes le comentaron la importancia de que la rehabilitación de monumentos históricos esté avalada por restauradores certificados del Instituto Nacional de Antropología e Historia. También recordaron proyectos de remodelación del jardín, a los que la sociedad se opuso, como fue el caso del proyecto que intentaba la construcción de un estacionamiento.

Por su parte Víctor Manuel Espinosa, historiador y cronista autodidacta; mostró imágenes que son parte de su recopilación, investigación y entrevistas personales. Sus apuntes y documentos se enfocan en la indagación sobre personajes míticos y populares de cada barrio.

Espinosa expuso planos de la Ermita de San Lorenzo. Recomendó a la audiencia interesada en conocer más a fondo sobre nuestro pasado, acudir a La Merced, y poner atención en el área de lavaderos, donde se pueden admirar murales de Juana María Palomino. En uno se aprecia contenido relacionado con la ermita, y otro se relaciona con la “palma gorda” y el rayo que según la leyenda originó el espacio para la creación del jardín.

Víctor Manuel también ilustró sobre cuarteles militares colocados sobre calles principales y explicó sobre el predio antes de la colocación del reloj para finalmente exponer su punto de vista tocante al derrumbe del templo de La Merced con documentos que datan de finales del siglo antepasado y aprovechó para responder a cuestionamientos.