Pabellón de México; reunirán imaginación y cultura

El pabellón mexicano en la 16 Muestra Internacional de Arquitectura de la Bienal de Venecia será la representación de un territorio compuesto por capas de historia, geografía, política, arte y espiritualidad. La representación de un México construido a partir de su carga imaginaria y cultural. Un territorio hecho por la suma total de las características de su superficie: naturaleza, arquitectura y sociedad.

Serán 21 proyectos arquitectónicos del mismo número de despachos nacionales unificados en la propuesta curatorial Echoes of a Land, a cargo de la arquitecta Gabriela Etchegaray, socia del estudio Ambrosi|Etchegaray, que plantea referir a las acciones o ecos que la sociedad deja en la tierra a partir de su proceso de apropiación. Y así pensar sobre cómo es que habitamos el territorio natural.
“Como ya escribía Humboldt hace más de dos siglos, el estudio del paisaje que habitamos es inseparable de una comprensión acerca de cómo lo habitamos. Ésta es la apuesta en el Pabellón de México, plantear que la arquitectura, al igual que cualquier otro proceso abstracto o creativo, debe responder al lugar que ocupa. Hacerlo implica una mirada mucho más consciente y a largo plazo”, señala la arquitecta en entrevista sobre el proyecto que ocupará el Antiguo Complejo Naval y Militar llamado El Arsenal, en Venecia, sede del pabellón mexicano del 26 de mayo al 25 de noviembre de 2018.

Mostrar el territorio nacional en sus diversas capas responde al planteamiento de la dirección artística de la Bienal a cargo este año de las curadoras Yvonne Farrell y Shelley McNamara, bajo el concepto Freespace. La propuesta es mostrar cómo la arquitectura conecta con la historia, el tiempo, el lugar y la gente. Cualidades que, a decir de las arquitectas, sustentan la capacidad de la arquitectura de apoyar un impacto significativo entre la gente y los lugares.

“El lema Freespace no lo hemos tratado como espacio libre, sino como nombre propio que reúne una serie de conceptos. Sin embargo, la traducción que describe la propuesta mexicana y el lema internacional sería más adecuado resumirla como “espacio generoso”. Esta interpretación alude a la generosidad implícita y cotidiana de la naturaleza que, de forma casi imperceptible, nos ofrece paisajes sublimes y a la vez cambiantes e incomprensibles.
“Finalmente es a través de la diversidad de este territorio con la que debemos de lidiar como arquitectos, plasmándola en la obra y aportando calidad a los espacios habitados, así como ciertos regalos inesperados. Asumir este “espacio generoso” es, por tanto, el primer paso para una arquitectura ligada a su contexto, específicamente mexicana en el contexto internacional y muy necesaria a escala nacional”, define Etchegaray.

REPRESENTANTES NACIONALES

A partir de una convocatoria, en la que se registraron 213 proyectos, un comité seleccionó en octubre del año pasado a 21 proyectos para generar una sola exposición. Entre los participantes están Atelier ARS, Estudio ALA, CC Arquitectos, Muñoz Arquitectos y Asociados, Taller Héctor Barroso, Espacio Máximo Mínimo Costo, Escobedo Soliz, Estudio MMX, Macías Peredo, S-AR, TEN Arquitectos, Isaac Broid + PRODUCTORA, Grupo Diseño Urbano, Taller ADG, JSa, Comunal: Taller de Arquitectura, Taller T6A, JC Arquitectura, Sackbé, CANO VERA, Taller de Arquitectura Rocha + Carrillo.

Despachos con desarrollos urbanos igual en la Ciudad de México como Chiapas, Veracruz, Durango, Querétaro, Chihuahua, por mencionar algunos; estudios que en sus trabajos entretejen naturaleza con arquitectura y memoria histórica. “Consideramos que todos pueden explicarse como ecos del territorio, como resultado de la práctica arquitectónica inscrita en un contexto específico, el México de aquí y el ahora. Se trata de 21 respuestas diferentes entre sí, pero expuestas en el pabellón no sólo dentro del discurso, sino utilizando la misma representación”, acotó.Sin detallar la obra de cada despacho, la curadora precisó que Echoes of a Land refiere a las estrategias de la sociedad mexicana para apropiarse y habitar el territorio a partir de sus sistemas culturales, ideológicos, históricos e incluso económicos. En ese sentido destacan despachos como Comunal: Taller de Arquitectura que ha creado zonas de habitación en la Sierra Norte de Puebla a partir de un trabajo de colaboración con los habitantes para ocupar los materiales locales como varas de bambú con técnicas de construcción modernas.

También el despacho Grupo de Diseño Urbano trabaja con proyectos de carácter social. Como el Museo de las Culturas del Norte Paquimé, que construyó en una zona arqueológica que data del siglo 700 antes de Cristo, y se extendía por el norte del país y el suroeste de los Estados Unidos, el cual es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Igual que la hacienda Tixnuc en Yucatán a cargo de Muñoz Arquitectos, donde la construcción convive directamente con el paisaje natural, o Ateliers ARS con sede en Jalisco que en sus casas mezclan vegetación.

“El discurso acerca del territorio que habitamos no puede olvidarse de las estructuras abstractas, políticas o espirituales de nuestro pasado, ya que sirven de apoyo al proyecto curatorial para explicar la arquitectura. Asimismo, esta herencia cultural se permea de forma intermitente en la obra de los participantes al igual que en la estructura del pabellón mismo”.

Los 21 proyectos ocuparán un mismo diseño museográfico en el pabellón que no busca replicar arquitecturas, sino generar pensamientos a partir de representaciones a escala. A decir de la curadora un reto para el montaje es cómo enfrentar problemas de representación para comunicar un discurso sin caer en estructuras convencionales y apostar por un diálogo internacional desde la diversidad mexicana.

“Entre los retos para presentar el Pabellón de México en el contexto de la Bienal fue el identificar en qué medida la arquitectura del país responde al discurso internacional planteado por la dirección artística de Venecia”.